Pastel de pato a la Besançon.

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Leemos la jocosa receta donde la risa poética no puede suponerse reñida con la gastronomía. ¿Qué no era capaz de inventar, para divertir un auditorio tan ocurrente, Vital Aza? De entre sus obras, El médico cazador; La adulación, y La fuente milagrosa son trabajos de ingenio y material del buen humor. Además de poeta era médico y de sus estudios en esa materia sacó chispeantes composiciones líricas donde privaba la ironía.

Aquí tenemos el ejemplo: «Tómese un plato barato,/ pues a mí se me figura/ que ha de ser la baratura/ lo esencial en todo plato.» «Examínese enseguida/ cuál es la salud del ave/ por si padece una grave/ dolencia desconocida.» «Que hay pato que por su mal/ parece que está muy bueno,/ y le consume el veneno / de una dolencia moral.» «Si está sano, por fortuna/ se le lleva a la cocina,/ y allí se le asesina/sin contemplación ninguna.» «Y con empuje, con brío,/ con ruda saña inclemente, / se le despluma en caliente/ y se le deshuesa en frío.» «Triturado el animal/ se le pone a fuego lento/ para que sufra el tormento/ terrible, inquisitorial.» «Y en salsa de pepitoria, / cuando el pato está ya frito, / se le suaviza un poquito/ con mantequilla de Soria.» «Hecha la pasta hojaldrada/ en una lata o flanera/ del tamaño que se quiera/ y de una forma adecuada.» «Se mete sin más adorno/ dentro de la lata el pato/ y se le tiene un buen rato/ calentándose en el horno». «Se le echa luego limón,/ se le rocía con miel,/ y así se obtiene el pastel/ de pato a la Besançon.»

¿Qué podemos añadir? Podríamos agregar a lo dicho que la pasta de hojaldre es larga de preparar, por lo que se puede comprar congelada o fresca en la panadería. Luego, procedemos a extenderla con un rodillo de pastelería y a colocarla en el fondo de un molde para tarta. Y ahí dentro va luego la carne picada y preparada con la tradicional salsa hecha con yema de huevo, perejil, mantequilla y zumo de limón. Y aún hay quien lo adereza con algo de tomillo, laurel y clavo, que todo son gustos. Deberá estar en el horno unos treinta minutos, con el termostato al 8.