Àgueda Ropero, Ángel Cortés, Amalia Estabén y Lydia Corral, antes de comenzar con el taller de repostería.

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Puede que en la librería de su hogar, o en la encimera, se encuentre alguna de sus obras. Son muchos los que siguen o se inspiran en sus recetas, pero desconocen su figura. El Restaurante Bula, en la calle de Pascual Ribot, fue este jueves el escenario del quinto Memorial Caty Juan de Corral. El encuentro culinario ha consistido en un taller de repostería en su honor, con las recetas pascuales recogidas en sus libros de cocina, como el celebrado Repostería Balear, referencia en la investigación gastronómica de Baleares.

«Su figura es importantísima en el conjunto de la gastronomía popular balear. Sus libros, su legado, son para tenerlos en cuenta durante generaciones. Porque cada libro es una joya: paseó por todo el archipiélago y recopiló información in situ, a través de la transmisión oral», explica la periodista Amalia Estabén, impulsora del Memorial, buena amiga de Caty Juan, y colega de profesión, pues la investigadora y escritora colaboraba de forma habitual en Ultima Hora. Hoy son su hija, Lydia Corral, presente el memorial, y su nieta, Lydia Larrey, las que siguen su estela difundiendo nuestra cocina.

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Si en las últimas ediciones robiols, panades y crespells fueron los protagonistas, la velada de ayer tuvo un giro de guion para el público presente, que llenó la sala de El Bula: el postre escogido para el animado taller fue la formatjada, una especialidad típica de Pollença, que se encargó de explicar la diseñadora de joyas y escritora pollencina, además de excelente repostera, Àgueda Ropero.
«La formatjada es un postre genuino de Pollença. Con una masa muy similar a la de los crespells, se deben hacer dos caras, una base y una tapa. Se suele rellenar con alguna confitura -a poder ser compacta, al estilo del membrillo-, requesón o cabell d’àngel. Es dulce y siempre se come por Pascua», explica Ropero.

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De esta manera, con una copia de la receta en la mano para no perderse ningún detalle ni olvidarse de los ingredientes, las presentes vieron como el maestro repostero Ángel Cortés, gerente de El Bula y la Pastelería Ángel, en el local anexo al restaurante, elaboraba manualmente esta receta, paso por paso, mientras seguían las explicaciones de Ropero. Como indicó la escritora, la formatjada se elaboró siguiendo la receta del libro Repostería Balear, pero como sucede con tantas recetas populares, en cada casa se añade un toque de magia, el secreto familiar. Tras una amena elaboración, la velada concluyó con un divertido sorteo, en el que se pudieron conseguir diferentes accesorios de artesanía, y con un refresco para recuperar energías, acompañado por recetas locales y monas de Pascua.