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Una de mis amigas iba a Lisboa este fin de semana. El otro día estábamos hablando sobre qué ver y hacer y le sugerí que probara Pastel de Belem. ¿Sabes qué es?

El pastel de Belém viene de Lisboa, del famoso barrio de Belém, donde, según cuenta la tradición, estos deliciosos pasteles fueron creados por monjes del monasterio de los Jerónimos en el siglo XVI. Sin embargo, con la disolución de los monasterios en el siglo XIX, los monjes vendieron la receta a una confitería local, la Antiga Confeitaria de Belém, que ha mantenido la receta original hasta hoy.

La base de este pastel, conocido también como pastel de nata, es una masa hojaldrada crujiente rellena con una crema pastelera suave y ligeramente caramelizada en su superficie, que se hornea a altas temperaturas. Este dulce ha llegado a ser tan representativo de Portugal que en muchos otros países simplemente se le llama «pastel de nata», aunque la receta de Belém sigue siendo la única que ostenta este nombre oficial.

En muchas partes del mundo existen variedades de pastel de nata. En Brasil, por ejemplo, la receta es muy similar al pastel de nata portugués, pero a menudo se le añade un toque más dulce y a veces se acompaña de una capa de mermelada o frutas. En otros países de habla portuguesa como Angola y Mozambique, este pastel también se ha adaptado a los gustos locales.

En España, el pastel de nata también tiene su versión. En algunas regiones de Andalucía y Galicia, el pastel de nata se sirve con un toque de canela o azúcar glas por encima. En otros países como Francia, Italia o incluso Estados Unidos, el pastel de Belém ha ganado popularidad en los últimos años, siendo servido en cafés y restaurantes que ofrecen cocina portuguesa.

Pastel de Belém, paso a paso

Ingredientes: 1 lámina de masa de hojaldre (puede ser comprada o casera), 250 ml de leche, 100 g de azúcar, 6 yemas de huevo, 1 cucharadita de esencia de vainilla, 1 cucharada de maicena

Instrucciones: Precalienta el horno a 200°C. Engrasa un molde para muffins o cápsulas de pastel. Extiende la masa de hojaldre sobre una superficie plana y córtala en círculos que encajen en las bases de los moldes. Coloca la masa en los moldes, presionando suavemente para que se ajusten bien. En una cacerola, calienta la leche con el azúcar a fuego medio. En un bol aparte, bate las yemas de huevo con la maicena y la esencia de vainilla. Cuando la leche esté caliente, añade lentamente las yemas batidas mientras sigues removiendo para evitar que se cuajen. Cocina a fuego bajo hasta que la mezcla espese. Vierte la crema pastelera en cada base de hojaldre hasta casi llenar el molde. Hornea durante unos 15-20 minutos o hasta que la superficie de los pasteles esté dorada y ligeramente quemada. Deja enfriar un poco antes de servir. Puedes espolvorearlos con un poco de canela o azúcar glas, si lo deseas.