Guiso de bistec al gruyère. | RD

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Lo más importante de la nevera, aparte de una colección de salchichas, hígado y algunas otras ayudas alimenticias, eran unos filetes de lenguado y un bistec ge considerables dimensiones. Yo casi prefería el pescado...pero él se lo tomó como un desafío y quedó sentado que nos comeríamos el bistec.(en este caso al decir bistec nos referimos al redondo de ternera). Lo puso a fuego lento para que se fuese acostumbrando a la idea de ser guisado y empezó a preparar las patatas y las cebollas...Entretanto discutimos sobre el plato siguiente, el postre. Tenía grandes cantidades de queso y fruta, pero la reserva de huevos me dio la idea de preparar un pastel. Terminó por quedar bien y aún tuve tiempo de colaborar a la preparación de la carne y la ensalada…».

Este fragmento pertenece a la novela de Marvyn Jones titulada 'John y Mary' (1966) que al decir de un crítico de aquellos años es un clásico de la literatura amatoria de nuestro tiempo, una historia aparentemente trivial sobre una pareja que va practicando, alternativamente el monólogo. Cada cual haciendo autoanálisis y al mismo tiempo analizando al otro. La competición de caracteres que nace de un accidental contacto erótico, los dos protagonistas, desde ángulos contrapuestos, descubren perspectivas ajenas y las comparan con las propias. La prosa coloquial, paradójica, destaca por su ironía que se queda más o menos oculta en el pensamiento de ambas partes. Una novela original, sin duda, donde nada trascendente parece ocurrir y sin embargo supone la lucha diaria que mueve el mundo.

Y veamos esa receta: En una terrina, mezclamos, para cuatro comensales, setecientos gramos de carne de redondo de ternera bien picada con cien gramos de queso de gruyère rallado, una cucharadita de perejil desmenuzado y otra de tomillo en polvo, sal y pimienta. Con esta masa formamos cuatro bolas iguales, ligeramente aplanadas y las envolvemos en papel de plata para seguidamente meterlas en el horno y habrán de cocer a fuego medio, siete minutos por cada lado. Podemos servir esta carne con unas patatas de luxe, es decir, semicocidas y después fritas, y una cebolla trinchada y pasada luego por la sartén. Un plato sencillo de la moderna cocina americana.