El 8 de marzo se ha consolidado en el calendario internacional como el Día de la Mujer. La jornada sirve para visibilizar y reivindicar la lucha por los derechos, conseguidos y aún por conquistar, de las mujeres de alrededor del mundo. Según el Banco Mundial, a nivel global, solo se les reconocen tres cuartas partes de los derechos de los que gozan los hombres. La brecha se produce sobre todo en países poco desarrollados, aunque se trata de una problemática transversal y aún patente en las sociedades occidentales. En España, por ejemplo, las mujeres trabajan de media dos meses gratis cada año, en comparación con el mismo trabajo que realizan sus compañeros. A lo que se le suma, entre otros factores, el maltrato, acoso y discriminación que sufre todavía el colectivo. La lucha por la igualdad, avanzada en la actualidad y con peso sobre la agenda política, se remonta más de un siglo atrás en la historia y con una fecha trágica que propulsó la causa: el mortal incendio en una fábrica de Nueva York en 1911.
En un ambiente de incipiente lucha por los derechos de las mujeres, el 25 de marzo de 1911, se incendió la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist, en Nueva York. Según detalla el informe de los bomberos, el origen del fuego fue una colilla mal apagada en un cubo con trozos de tela. Ante el voraz avance de las llamas, los trabajadores -mujeres, en su mayoría- se vieron atrapados en la fábrica. Las puertas y ventanas estaban cerradas con llave, una práctica habitual entre los capataces de la época para evitar robos. Muchas saltaron a la calle desde el octavo o noveno piso, falleciendo, bien por quemaduras y asfixia o por las lesiones sufridas. Murieron 123 mujeres y 23 hombres. La mayoría de las fallecidas eran inmigrantes, de entre 14 y 23 años.
Además de la conmoción pública que ocasionó la tragedia, también contribuyó a extender la vinculación del movimiento feminista con el color violeta. Al parecer, las camisas que se fabricaban en Traingle Shirtwaist eran de color morado y, según la leyenda que ha trascendido, el humo que salía del edificio en llamas, visible desde toda la ciudad, era de esa misma tonalidad. El incendio sirvió para alimentar más la lucha por los derechos de las mujeres: se lograron cambiar normativas de seguridad y surgió el Sindicato Internacional de Mujeres Trabajadoras Textiles.
Para entender con perspectiva la problemática que empuja a millones de personas a manifestarse cada año cabe tener presentes algunos hechos clave que marcaron el rumbo de los últimos 150 años de lucha. Las primeras reivindicaciones feministas surgieron a finales del siglo XIX, en plena Revolución Industrial. En un momento de ebullición del movimiento obrero en las urbes, las mujeres se incorporaban al mercado laboral, pero en peores condiciones que los hombres. Seguían siendo explotadas, sin ninguna ley que las amparase. Los actos de protesta en el colectivo femenino fueron adquiriendo fuerza, mediante manifestaciones, huelgas y reivindicaciones espontáneas.
1857: Primera gran manifestación feminista
La primera gran manifestación feminista de la que se tiene constancia es la que tuvo lugar el 8 de marzo de 1857 en Nueva York. Miles de trabajadoras de fábricas textiles salieron a las calles, bajo el lema «Pan y rosas», para protestar por las pésimas condiciones laborales. Exigían, un recorte del horario laboral, prohibir el trabajo infantil y una mejor calidad de vida. A raíz de este multitudinario acto, se sucedieron más movilizaciones y se creó el primer sindicato feminista. También sirvió esta fecha para fijar en 1910 el Día Internacional de la Mujer, a propuesta por la convención Internacional Socialista, celebrada en Dinamarca ese mismo año.
1917: Revolución rusa y primeros derechos para las mujeres
Según explican las Naciones Unidas, otro punto significativo en la lucha feminista ocurrió durante la Revolución Rusa. A la lucha de los obreros, se unieron miles de mujeres. El último domingo de febrero (que según el calendario gregoriano, era el 8 de marzo) 40.000 mujeres salieron a las calles de San Petesburgo al coro de «Pan y paz». Cuatro días después de la caída del Zar, el Gobierno provisional aprobó el derecho al sufragio femenino.
1945: Naciones Unidas establece derechos y libertades «sin importar sexo ni raza»
Tras los desastres de la Segunda Guerra Mundial, el 26 de junio de 1945 se firmó la Declaración Universal de Derechos Humanos, en la que se reconocía por primera vez gñlobalmente «las libertades fundamentales de las personas, sin distinción por raza, sexo, lengua o religión».
1 comentario
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Uno a lo sumo dos, la verdadera pandemia es el machismo...cuántas perlas !! recuerdan ?