Este es uno de los primeros errores que cometemos al aplicarnos protección solar y es hacerlo solo cuando tomamos el sol en la playa, la piscina o el río. De hecho, la dermatóloga Ángeles Flórez Menéndez advierte desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) que «hay que recordar que la quemadura solar puede ocurrir en cualquier momento del año».
Por lo tanto, incluso en primavera, otoño o invierno conviene aplicarse protección solar en aquellas zonas del cuerpo que van a estar expuestas (rostro, brazos, piernas...). Pues, según la AEDV, solo un 18% de las personas se protege adecuadamente de la exposición al sol. Una cifra bastante baja.
A pesar de que muchos protectores solares afirman que son resistentes al agua, al sudor y a la arena, es muy importante que se vuelvan a aplicar con cierta regularidad. ¿Cada cuánto deberíamos hacer esto? La AEDV recomienda aplicarse el protector solar cada 2 o 4 horas, más o menos.
Sin embargo, en el caso de meterse bastantes veces en el agua o sudar demasiado, quizás convenga reducir el tiempo de aplicación del protector solar. Lo importante es no aplicarlo solo una vez y ya está, ya que esto no nos va a garantizar una protección completa durante todo el tiempo de exposición.
En ocasiones, por el afán de obtener ese tono bronceado en nuestra piel lo antes posible elegimos el índice de protección más bajo que no se adecúa a nuestro tipo de piel. Esto es un error, ya que la AEDV deja claro que «cada 9 minutos, muere una persona por melanoma en el mundo».
Utilizar un índice de protección alto no significa que no se vaya a poder adquirir el bronceado, de hecho, usar un índice de protección menor no lo asegura. Todo depende de nuestro tipo de piel, ¿tiende a quemarse con facilidad, es sensible o se broncea rápidamente? Solicitar la opinión de un dermatólogo es importante para utilizar la protección adecuada.
Es fundamental que al comprar una crema de protección solar nos fijemos en si esta es de amplio espectro, es decir, que proteja de los rayos UVB y UVA. A pesar de que suelen dejar una capa blanca sobre la piel, se trata de la mejor opción frente a protectores químicos u orgánicos.
Los protectores de amplio espectro forman una barrera sobre la piel que permiten reflejar la radiación solar. Además, estos protectores suelen ser respetuosos con las pieles que tienen tendencia a sufrir alergias. Por lo tanto, conviene elegir siempre protectores de amplio espectro.
Los protectores solares, al igual que otro tipo de cremas, también caducan, por lo que no se deben utilizar si la fecha aconsejada para su uso ya se ha pasado. Las razones son claras. Las propiedades protectoras se pueden perder, por lo que la piel estará más vulnerable a la radiación, y existe riesgo de que se produzcan reacciones adversas en la piel (alergias, erupciones, etc.).
Estos son algunos errores que podemos cometer al aplicarnos protección solar. Recordemos que proteger nuestra piel todo el año es importante, aunque estemos en la ciudad. Los rayos del sol están ahí, aunque no los miremos porque el día está nublado o es invierno. Nuestra piel tiene memoria y una quemadura hoy puede convertirse en un melanoma el día de mañana.
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