La depresión es uno de los problemas que afectan a más personas actualmente. Todos nosotros conocemos a alguien que está o ha sido diagnosticado en algún momento con depresión. Un problema de salud silencioso, que se encuentra en la sombra, pero cuyas consecuencias son terribles para las personas.
Para poner en contexto desde qué partimos, la OMS asegura que "más de 300 millones de personas sufren depresión, un trastorno que es la principal causa de discapacidad". Quizás, infravaloramos la importancia que tiene la salud mental y es que a veces hasta el cuerpo avisa de que algo no va bien. Un ejemplo es el dolor de espalda. ¿Puede ser un síntoma que alerte sobre la depresión?
Existe algo que todos conocemos y que se llama la somatización de las emociones. Según el artículo Somatización o síntomas somáticos y trastornos relacionados explica que "el término somatización se refiere a quejas físicas que ocasionan malestar, en ausencia de hallazgos clínicos que permitan justificar una causa orgánica". Vamos, que hay dolor, pero no una causa física.
No solo la depresión puede causar síntomas físicos como el dolor de espalda o de cabeza, sino que también los trastornos de ansiedad pueden manifestar esto. No obstante, puede haber otras razones. Tener depresión puede provocar que nos sentemos más encorvados, que estemos más tiempo sentados o acostados debido a la tristeza, lloros, dificultad para levantarnos de la cama, cansancio extremo... Esto puede causar dolor de espalda por depresión.
Existen problemas físicos que también pueden provocar depresión. Por ejemplo, la fibromialgia. Según la Sociedad Española de Reumatología (SER) "la población española se estima que la prevalencia de la fibromialgia es del 2,73%, con un 4,2% para el sexo femenino y un 0,2% para el masculino".
Se trata de un diagnóstico que provoca dolor crónico musculoesquelético y según la SER "es uno de los motivos que más bajas laborales produce". Resulta curioso, pero las situaciones de estrés y ansiedad sostenidas en el tiempo pueden hacer que se favorezca su aparición. Algo que tener presente.
Debido al dolor que causa la fibromialgia y cómo afecta a la calidad de vida de los pacientes, es normal que estos terminen sufriendo depresión en algún momento. Si, además, esta patología ha aparecido debido a que ya con anterioridad tenían muchos problemas de estrés, la situación es clara.
No obstante, es cierto que si como vimos anteriormente la depresión puede somatizarse en el cuerpo en forma de dolores físicos, si la fibromialgia provoca depresión, al final la depresión incrementará el dolor y así en un círculo vicioso del que será complicado salir.
Si el dolor de espalda no está provocado por ningún problema físico, algo que demuestran las pruebas que ha mandado hacer el médico, es importante acudir a un psicólogo. Este profesional detectará si hay una posible depresión que se está somatizando en el cuerpo.
También este profesional puede ser importante en los casos de fibromialgia. Tratar la depresión ayudará a salir de ese círculo vicioso que provoca pesimismo, incremento del dolor, desaliento y desesperanza. La depresión puede ser un síntoma de la fibromialgia y no hay que tener miedo en pedir ayuda.
Solos va a ser muy complicado lidiar con algo así. Por eso, comer bien, meditar y hacer algo de deporte van a ser aspectos importantes para afrontar la depresión. Pero, con ayuda, tendremos mucho más éxito que si lo queremos hacer solos.
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