Por ello, insiste en que «en esta época del año es imprescindible seguir unas medidas de higiene adecuadas y estrictas que nos aporten la máxima seguridad evitando correr algún riesgo de toxiinfección alimentaria, sobre todo cuando queremos disfrutar de actividades al aire libre durante varias horas».
En este sentido, avisa que «la precaución como consumidores que tenemos que seguir no se resume única y exclusivamente a las comidas que preparamos en casa y cómo las conservemos, si no que también se extiende al momento de la compra, sobre todo cuando estamos hablando de alimentos frescos -como carne y pescado- y de alimentos refrigerados o congelados, los cuales deben mantener la cadena de frío desde su compra hasta la llegada a casa; en cualquier caso evitaremos, sorpresas inesperadas que nos lleven a tirar alimentos innecesariamente».
La coach recomienda seguir las siguientes medidas:
-Cuando vayas a comprar al supermercado adquiere primero los alimentos no perecederos, los frescos y, por último, los congelados. Recuerda que cuando llegues a casa debes colocarlos en orden inverso, por ello colocar este tipo de alimentos en primer lugar te ayudará a agilizar el proceso de colocación. En cualquier caso, utiliza bolsas isotérmicas para asegurarte de que no se rompe la cadena de frío.
-Si se trata de alimentos frescos compra lo que necesites, evita adquirirlos en exceso ya que en verano nuestras costumbres cambian y se tiende a comer más veces fuera, por lo que te arriesgas a que se echen a perder.
-En el caso de los productos cárnicos asegúrate de que la fecha de caducidad es amplía.
Ya en casa, extrema tu higiene personal y la zona donde vayas a manipular los alimentos para su elaboración. Además, evita la contaminación cruzada: lava con jabón los utensilios cada vez que cortes alimentos crudos y/o cocinados.
-Si has hecho más cantidad de comida y la quieres conservar recuerda que puedes hacerlo cuando se haya enfriado, y hasta ese momento déjalo tapado y bien protegido para evitar que caiga algún insecto típico del verano.
-El microondas es muy útil en la cocina, pero en verano recuerda recalentar sólo la porción o cantidad de comida que vayas a consumir.
-Conserva en el frigorífico lo antes posible las sobras de la comida, evitando tardar mucho en hacerlo.
-Optimiza tu frigorífico colocando en la zona más fría pescados, carnes y platos ya elaborados y, en la parte más templada las frutas y verduras.
-Revisa tu refrigerador más de una vez a la semana, colocando los alimentos que caduquen antes en la parte delantera y a la vista.
-Evita dejar latas u otros recipientes abiertos. Opta por utilizar herméticos que son más seguros.
-Congela todo aquello que sepas que no vas a consumir en el mismo día o como mucho al día siguiente, te asegurarás que se mantendrán en buen estado.
-Otro aspecto a tener muy en cuenta cuando hablamos de una buena conservación de alimentos es la utilización de la nevera en tus salidas a la playa o al campo. Asegúrate de que los recipientes que utilizas para conservar la comida estén muy limpios y bien cerrados herméticamente y que cuentas con bastantes bolsas de hielo para el tiempo que estés fuera. Evita llevar alimentos que contengan salsas, mayonesa, huevo…cuando te vayas a la playa son muy susceptibles a provocar intoxicaciones.
«En nuestro hogar es muy fácil mantener unas medidas de seguridad adecuadas que garanticen la buena conservación de los alimentos y eviten posibles problemas. Nuestra precaución debe ser mayor cuando salgamos a comer fuera, debemos estar muy alerta ante cualquier olor y textura que denote o pueda dar sospecha que el alimento en cuestión no está en sus condiciones óptimas. No dejemos que una comida nos arruine nuestras vacaciones», concluye Almarcha.
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