«La obtención de sangre capilar es un proceso relativamente indoloro, que puede realizar el propio paciente y en el que se pueden obtener pequeños volúmenes de sangre», recuerda González, que añade que este avance responde a «una necesidad creciente» de obtener muestras sin tener que acudir a un centro sanitario. «Su implantación puede ser muy útil para personas con acceso limitado a centros de extracción, con fobias a las agujas u hospitales, y para niños, ancianos o enfermos crónicos que requieran muestras mínimas», reconoce el experto.
La investigación ha contado con 296 pacientes a los que se les ha tomado una muestra de sangre tanto venosa (349 muestras) como capilar (427 muestras) para realizar una comparación de 40 parámetros bioquímicos y que han demostrado que las muestras capilares reflejaban un índice medio de hemólisis, que muestra el deterioro de los glóbulos rojos, algo superior, pero con una calidad de muestra aceptable y válida en la mayoría de los casos. Mientras que el resto de índices, tanto el lipémico (concentración de lípidos en sangre) como el ictérico (nivel de bilirrubina en sangre), han reflejado valores similares.
Otro de los objetivos de este estudio era conocer la satisfacción del paciente ante este nuevo abordaje analítico. Casi dos terceras partes (el 64,70%) de los consultados que deben someterse al menos a una analítica anual han destacado este beneficio. «Aunque este tipo de análisis facilita su realización en casa por parte del propio paciente con los controles de seguridad y calidad oportunos, es importante tener en cuenta el tiempo transcurrido entre la toma de la muestra y su recepción en el laboratorio, ya que los resultados pueden variar pasadas las 24 horas, y que su transporte sea seguro, tanto para la trazabilidad como para la estabilidad de la muestra», recalca González.
La posible implantación de esta metodología implica otros retos para los laboratorios clínicos, como la instalación de los equipamientos necesarios capaces de analizar volúmenes tan pequeños de muestra. "La sangre capilar tiene unas características y una composición diferentes a la de la sangre venosa, ya que es una mezcla de sangre de arteriolas, de los propios capilares y las vénulas.
Por lo tanto, las concentraciones de analitos pueden ser diferentes a las encontradas en sangre venosa y se ha de asegurar que los valores de referencia empleados son los correctos y la interpretación clínica es la adecuada", ha expresado. Esta investigación para la validación de la analítica capilar de sangre es un primer paso para poder convertirlo en un proceso rutinario que mantenga la calidad en las extracciones, una estabilidad en la muestra y sea capaz de analizar cada vez más magnitudes, como se realiza en el análisis de sangre venosa.
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