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La palabra gurú significa todo aquello que te lleva de la sombra a la luz, de la oscuridad de la ignorancia a la luz de la conciencia, del olvido al recuerdo de quién eres.

El gurú es el camino, el recorrido que hacemos para realizar nuestra esencia. Básicamente el gurú es un proceso de ir quitando capas a la cebolla de la personalidad que hemos ido construyendo a lo largo de nuestra vida.

Es verdad que tradicionalmente la palabra gurú se ha asociado con una persona, alguna mujer u hombre que son reconocidos por hablar desde un lugar de realización espiritual y que sirven de espejo a quienes buscan ese camino.

Sin embargo, esta figura es engañosa porque cada vez que ponemos la expectativa de estar mejor fuera de nosotros mismos nos alejamos del verdadero sentido de este camino.

Si piensas que el gurú es todo aquello que te lleva de la inconsciencia a la consciencia entonces podemos decir que todas las experiencias dolorosas que han forjado nuestro proceso de transformación y cambio han tenido la función de un gurú.

Las relaciones que nos han roto el corazón, las decepciones profesionales, los grandes duelos, las pérdidas, también las alegrías, la comunidad, los amigos, el amor profundo que sentimos cuando amamos incondicionalmente. Todas esas experiencias que te han acercado más a la esencia de quién eres pueden ser llamadas tus gurús.

Dicen que el maestro aparece cuando el alumno esta listo, quizá nuestros maestros han sido las circunstancias, las muchas veces que nos hemos topado con experiencias que nos duelen, nos frustran, nos confrontan y nos obligan a crecer, a transitar de la oscuridad de lo que nos sabíamos de nosotros mismos a la consciencia de lo que somos y lo que debemos trabajar en nosotros.

En esta era en que vivimos, una y otra vez se ha dicho que es el tiempo de encontrar al gurú, al maestro, a la maestra dentro de nosotros mismos.

Sentarnos en la verdad de nuestro corazón y aprender a escuchar las partes de nosotros que aún necesitan ser iluminadas por la luz de la consciencia, del autocuidado, del entendimientos, la compasión, la sana exigencia para seguir avanzando a ser mejores personas.

Finalmente, para qué buscamos a un gurú sino es para que nos guíe en el camino de autorrealización, de estar mejor en nosotros mismos, de poder transitar esta experiencia humana de la mejor manera posible.

El tiempo también es nuestro gurú porque si aprendemos de las experiencias vividas entonces podemos encontrar momentos de serenidad interior que muchas veces solo llegan con la experiencia.

Desde esta perspectiva y en una honesta intención de transformarnos a nosotros mismos, podemos, quizá invitar el perdona y el agradecimiento.

Porque si todo o que he vivido en mi vida me ha enseñado y servido a acercarme a mi realización personal entonces, sin importar la dureza de las circunstancias con honesta actitud puedo mirar todo lo vivido, bueno y malo, y inclinar mi corazón para decir: GRACIAS