El Regal Barcelona volvió a ganar hoy (78-73), y van siete esta temporada, al Real Madrid de Ettore Messina.
Esta vez fue en la Liga ACB, con el Palau como escenario y gracias a una férrea defensa que asfixió a los blancos a partir del segundo cuarto y hasta prácticamente la recta final del choque.
Y eso que el primer período resultó prometedor para ambos equipos. Los triples de Navarro habían mantenido a los locales en el partido (20-19) y contrarrestado el mejor juego interior de los madrileños, que han aumentado mucho sus prestaciones en este apartado desde que han incorporado a Tomic.
Todo hacía intuir que sería un duelo tremendamente igualado, del que saldría vencedor el que impusiera su estilo y estuviera más acertado en ataque. Pero nada más lejos de la realidad. Los azulgrana salieron mucho más metidos en el segundo cuarto, apretaron los dientes atrás y defendieron las posesiones visitantes con una intensidad brutal.
Poco a poco, minuto a minuto, ataque a ataque, los de Xavi Pascual fueron abriendo brecha en el marcador (26-19, 33-23 y 42-25 al final de la primera mitad), merced a su acierto desde la línea de personal, su dominio en el rebote ofensivo y una intimidación en defensa en la que N'Dong tuvo un papel destacado.
El Barça se marchó 17 puntos arriba al descanso, dejando a un Real Madrid desquiciado e incapaz de meter una sola canasta en juego durante el segundo cuarto, ya que los seis puntos que anotó en este período fueron de tiros libres.
Tras la reanudación, los de Messina se aferraron a la calidad de Llull y al trabajo oscuro de Lavrinovic y Tomic bajo los aros con el propósito de ir recortando la diferencia y sentirse de nuevo dentro del partido.
Para entonces, el líder de la Liga ACB ya no resultaba tan fiero atrás, pero Mickeal y Morris habían cogido la onda y Lorbek se había hecho un hueco en la 'pintura', donde casi siempre salía ganador de sus duelos con Reyes y Lavrinovic. Así, los catalanes mantuvieron la renta al final del tercer cuarto (64-45).
A falta de diez minutos para el final, el conjunto blanco sólo le quedaba un camino para intentar cambiar el signo del choque: darle a probar al Barça un poco de su misma medicina. Y eso es justo lo que sucedió en el último cuarto. Los locales sólo anotaron cuatro puntos en los seis primeros minutos y el Madrid se puso nueve a bajo (68-59) a falta de 3:30 para el final.
Pero entonces apareció de nuevo Navarro para cortar en seco la reacción visitante. La respuesta de Prigioni y Llull, con dos triples cada uno en la recta final, sólo sirvió para maquillar el resultado (78-73).
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