Adam Hanga encarando la canasta. | ABIR SULTAN

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El Real Madrid, con un juego coral que destrozó al Maccabi por tercera vez en una semana, confirmó este martes en Tel Aviv la recuperación de su juego y de su mejor versión de la temporada y logró por la vía rápida su cuarta clasificación para la Final a Cuatro del último lustro y la octava de los últimos once años (76-86). La veteranía y el acierto de Sergio Llull, la polivalencia de un Adam Hanga enorme y el buen trabajo en la pintura de Walter Tavares, Vincent Poirier y Guerschon Yabusele sellaron el regreso a las semifinales de la Euroliga de un equipo blanco que aprovechó la primera de las tres oportunidades que tenía tras dominar con autoridad de principio a fin un oponente que volvió a mostrarse inferior.

La impecable puesta en escena del equipo español prolongó su buena línea de los dos primeros partidos de la serie. Su defensa ahogaba una y otra vez las acometidas macabeas, con Tavares intimidando bajo aros con sus dos tapones en los primeros dos minutos y su dominio total del rebote. En ataque, Williams Goss aportaba puntos, velocidad y criterio en el manejo del balón. Todo funcionaba a pedir de boca hasta que Scottie Wilbekin empezó a calentar su muñeca. Dos triples consecutivos de la estrella estadounidense, autor de diez puntos en el primer acto, dieron la única ventaja a los suyos de toda la tarde, aunque el Real Madrid no se descompuso y, con un parcial de 9-0 comandado por Tavares y Yabusele, subió a ocho su renta, que se quedó en solo dos puntos en la primera pausa de un choque vibrante con mucho en juego para ambos (22-25, min 10).

Un triple de Alberto Abalde y una acción de 2+1 de Llull prolongaron el dominio de los hombres de Pablo Laso en el segundo cuarto. Alentado por un abarrotado pabellón de «La Mano de Elías» que rugía como en sus mejores tardes, el Maccabi resistía como podía al vendaval blanco pero no lograba la continuidad en el juego que sí exhibía su rival. Wilbekin seguía haciendo mucho daño desde todas las posiciones, aunque se veía demasiado solo ante el juego coral de un Real Madrid menos acertado desde el perímetro que en los dos primeros partidos, pero con mayor variedad de recursos en ataque y con un control total bajo aros que le permitía segundas oportunidades y le mantenía por delante en el ecuador del segundo capítulo, aunque con rentas que no pasaban de la media docena de puntos.

Llegaron entonces los mejores minutos de un Real Madrid que seguía a lo suyo, centrado atrás y jugando cómodo en ataque, y que recordaba sus mejores actuaciones de la temporada. Hanga y Yabusele iban creciendo con el paso de los minutos y aportaban en todas las facetas del juego a un equipo que, con un parcial de 15-5, llegó a ponerse catorce arriba tras un triple del internacional francés. Al descanso se llegó con un 41-51 favor de los visitantes, que veían más cerca su clasificación por la vía rápida para la Final a Cuatro de Belgrado si mantenían su nivel de la primera mitad, en la que sumaron 18 asistencias, capturaron otros tantos rebotes, y colocaron seis tapones.

En la reanudación, un rápido parcial en contra de 5-0 volvió a apretar la batalla a favor de un conjunto israelí que metió una marcha más en defensa para dificultar las acometidas blancas y que en ataque se lanzó a por todas para rebajar la brecha por la vía rápida. La cuarta falta de Tavares le llevó al banquillo antes de tiempo, pero el Real Madrid siguió a lo suyo, resistiendo a duras penas los arreones del equipo que entrena Avi Even (53-60, min 25). Laso tiró entonces de la veteranía de Llull y Rudy Fernández y de la polivalencia de Hanga para recuperar la solidez de la primera mitad. El base siguió haciendo mucho daño con sus penetraciones en una fase del partido en la que, con exiguas ventajas, había que evitar ceder el mando a los locales, lo que consiguieron también al final del tercer cuarto gracias a un triple sobre la bocina del propio Llull que culminó un estirón blanco que le dio medio billete para la Final a Cuatro (61-73, min 30).

Los últimos diez minutos no variaron el guión. Aliviado por el resultado de los primeros treinta minutos, el Real Madrid siguió a lo suyo, completando una gran actuación. Un triple lateral de Abalde dejó muy tocado al Maccabi, que se veía quince abajo a seis minutos del final y solo vivía de la calidad de Wilbekin y James Nunnally que seguían estando muy solos para intentar la remontada. Belgrado espera ya a un Real Madrid que tendrá como rival, en busca de una plaza en la final, al vencedor de la eliminatoria que enfrenta al Barça y al Bayern Múnich.

Ficha técnica:

76 - Maccabi (22+19+20+15): Wilbekin (22), Evans (2), Williams (8), Zizic (10) y Nunnally (17) -equipo inicial-, Caloiaro (4), Sorkin (2), Dibartolomeo (2), Thomas (-) y Reynolds (9).
87 - Real Madrid (25+26+22+14): Williams-Goss (9), Causeur (4), Hanga (8), Tavares (9) y Yabusele (16) -quinteto titular-, Randolph (-), Rudy Fernández (3), Abalde (6), Poirier (14) y Llull (18).
Arbitros: Damir Javor (SLO), Tomislav Hordov (CRO) y Uros Nikolic (SRB). Eliminaron por faltas a Angelo Caloiaro.
Incidencias: Tercer partido de 'playoff', al mejor de cinco, disputado en el Menora Mivtachim Arena ante unos 11.500 espectadores.