Es posible que la extinción esté cada vez más cerca, no lo dudo, pero mientras esperamos al meteorito, aprovechemos las oportunidades. El amigo Pep cogió la suya al vuelo y eliminó al Real Madrid de su competición con la esperanza de iniciar una nueva era. Tal vez gane la Champions, es más que favorito ante el Inter, pero nadie sabe mejor que Guardiola lo que le ha costado llegar hasta su segunda final. No le bastó con ganar al equipo de Ancelotti, tuvo que jugar uno de esos partidos que se fijan en la memoria colectiva para lograrlo. La exhibición 'citizen' fue colosal, su juego magnifico, intratable.
Carletto también puso de su parte. Guardiola no hubiera elegido mejor a los futbolistas rivales y su colocación en el campo. En cualquier caso, Ancelotti tiene suficiente crédito acumulado como para seguir dirigiendo a los madridistas a pesar de su tendencia, casi patológica, de mantener en el campo a los generales que le han dado la gloria por muy evidente que sea la necesidad de reemplazarlos.
La eliminatoria deja dos cosas muy claras: el Manchester City es justo finalista, pero el Real Madrid es el equipo que gave feliz a todo el mundo: a la mitad cuando gana y a la otra mitad cuando pierde. La eliminación merengue sirvió además para que los culés pudieran celebrar su liga sin el pánico a un nuevo milagro blanco. En resumen: eliminatoria completa, eliminatoria Comansi.
No fue así la semifinal de la Euroliga. El Barça de Saras jasikevicius y una pléyade de estrellas frente a Chus Mateo y una banda sin tres de sus pivots. Nadie sabe cómo puede el Barça pagar a Mirotic y compañía, pero si lo hace es para que en partidos así haga algo más que anotar tres pauperrimos puntos. Visto lo visto, la continuidad del lituano se antoja más que difícil por mucho que su leyenda como jugador sea un escudo antimisiles. La plantilla del Barça no está hecha para caer
El testigo de la Champions pasada lo ha hecho suyo el equipo de baloncesto, que ha decidido emular a sus colegas reescribiendo la historia de esta competición.
Competición curiosa, por cierto. Capaz de conseguir que los cuatro equipos participantes en la Final Four compartan hotel sin más incidencia que acabar con los cruasanes antes de tiempo. Se habla de una ampliación de la Euroliga a Paris, Londres y Dubai, todas ellas capitales con una larga tradición baloncestística. Hace mucho el dinero… Los dioses del Olimpo aguardan expectantes, pero como en Lampedusa hay que hacer algún cambio para que todo siga igual. Y así, la mandarina de un Sergio Llull crepuscular, pero con un compromiso inigualable, le di la enésima Copa de Europa a los madridistas. Kaunas entra en la historia blanca.
Los que también pretender subvertir el orden establecido son el Palmer Basket y el Azul Marino Viajes. Una de las primeras medidas, más allá de las listas de jugadores nacionales que manejan (por cierto, escritas en papel de Imprenta Bahía), es desplazar una expedición de primer nivel a Kaunas, baloncesto en estado puro, para aprender de los mejores. No es un mal inicio para empezar el camino hacia el infinito y más allá.
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