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La delegada del Gobierno en Baleares, Maria Salom, ha recibido este miércoles, de manos del presidente de la Federación de Fútbol de las Islas Baleares (FFIB), Miquel Bestard, el acta del árbitro y el vídeo del partido de infantiles entre el Alaró y el Collerense que degeneró el pasado fin de semana en una pelea multitudinaria entre varios padres de los jugadores.

«Estos hechos podrían ser constitutivos de una acción administrativa disciplinaria», señala el informe elaborado por la Comisión Antiviolencia, que no posee «al día de hoy potestad sancionadora por conductas realizadas por personas no federadas».

Añade que es «evidente» que debe existir una «incompatibilidad entre el deporte y la violencia, especialmente la relacionada con motivaciones racistas o xenófobas, así como contra comportamientos y actitudes racistas, xenófobas e intolerantes en acontecimientos deportivos».

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La Comisión Antiviolencia de la FFIB, cuya misión es «promover la lucha contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, recuerda, ha considerado, asimismo, «muy graves los incidentes».

Califica de «espectáculo lamentable» la batalla campal entre progenitores «en presencia de futbolistas menores de edad», precisa, «con el agravante de que algunos de ellos eran familiares o padres de los federados».

La Comisión Antiviolencia denunciará los hechos ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Balears a la espera de los resultados del informe de la Guardia Civil de Inca, que este miércoles ha empezado a tomar declaración a investigados y testigos de la batalla campal entre padres y aficionados.