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Efe.BARCELONA
El brasileño Rivaldo Vitor Borba finalizará hoy sus cortas vacaciones, tras participar en el Mundial de Corea y Japón, y comenzará una semana llena de tensiones en su equipo, el FC Barcelona, el cual no parece muy comprometido con su continuidad. Un nuevo verano, pero una vieja historia en el Barcelona, con la entidad y el brasileño como protagonistas que repiten reparto y papel. Esta vez, no obstante, el asunto es más espinoso, pues el Barça está dispuesto a hacer lo posible por desprenderse del jugador, por su condición de extracomunitario (el Barcelona tiene a cinco y sólo puede inscribir a cuadro) y por su elevado sueldo, unos doce millones de euros anuales.

Pero hay una parte, la de Rivaldo, que cree tener la sartén por el mango y esta supuesta situación ventajosa la permitirá, de entrada, determinar cuál será su futuro inmediato. No en vano, el jugador ha anunciado reiteradamente este verano que ha rechazado la visita de emisarios del Lazio, equipo que siempre ha mostrado interés por su contratación, y que su interés sólo contempla continuar en el Barcelona. La situación vuelve a ser de indefinición, pues Rivaldo está a las puertas de una nueva pretemporada rodeado de polémica.

El año pasado fue su negativa a incorporarse al equipo si el Barcelona no le satisfacía el incremento salarial apalabrado (entre 500 y 800 millones de pesetas), hecho que al final se solucionó al reconocer la entidad que se había tratado de un malentendido. El presidente de la entidad, Joan Gaspart, se hartó de asegurar que Rivaldo continuaría en el Barcelona por activa y por pasiva, pero este año aquellas impetuosidad no ha aparecido y, en cambio, la ambigüedad ha presidido todos sus parlamentos, en los que nunca ha garantizado la continuidad del atacante brasileño.