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El Barcelona cerrará la temporada 2002-2003 con unas pérdidas históricas de unos 55 millones de euros, además de reconocer un endeudamiento neto en la actualidad de unos 98 millones de euros, según el balance presentado hoy por el presidente, Enric Reyna, a la Asamblea de Compromisarios del club. Reyna, que presentará hoy su dimisión, junto con el resto de su Junta Directiva, para facilitar la celebración de elecciones anticipadas en el club, aseguró sin embargo que tenía previstas una serie de medidas para obtener ingresos extraordinarios que permitirían reducir casi a cero el déficit y casi a la mitad la deuda a finales de temporada.

Entre estas medidas, que depositó ante notario para que sean trasladadas al nuevo presidente salido de las elecciones que se celebrarán en junio por si quiere ejecutarlas, se encuentran el traspaso de algunos jugadores, nuevos ingresos de mercadotecnia y patrocinio, la remodelación de los palcos del Camp Nou, la optimización del patrimonio y la reducción de gastos de la plantilla de fútbol y de las secciones.

Reyna, cuyas palabras fueron acogidas por silbidos de reprobación y quejas airadas por un grupo de los asistentes, presentó un balance de cuentas cerrado a 30 de abril, pendiente de un informe de auditoría que se está llevando a cabo, y la extrapolación de los resultados que se prevé que haya al cierre de la temporada (el 30 de junio). De esta forma, las pérdidas después de impuestos, a 30 de abril, ascienden a 36 millones de euros, aunque se elevarán a 55 millones de euros a final de temporada si no se adoptan algunas de las medidas sugeridas por Reyna.