Nadie en Valencia pensaba la víspera del inicio del campeonato
que el equipo iba a ser líder en solitario en la quinta jornada.
Tampoco nadie lo pensaba el día siguiente de la primera jornada, en
la que el Valencia había empatado a uno en Mestalla contra el
Valladolid en un partido en el que fue perdiendo durante muchos
minutos. Sin embargo, cinco jornadas después, el Valencia ha puesto
la directa y, sin que el liderato a estas alturas del torneo
suponga gran ventaja, sí que ha demostrado a base de juego y de
alternativas futbolísticas, que es uno de los conjuntos llamados a
estar en la «escapada buena», esa en la que se dan cita los como
mucho cuatro o cinco equipos llamados a ganar el torneo.
Por ello, un mes después del inicio del campeonato, ya nadie se
acuerda de Samuel Etoo, el delantero por el que suspiró la afición
del Valencia durante todo el verano.
Las credenciales de los valencianistas están sobre la mesa. Por
una parte son estrictamente numéricas: el equipo ha recibido un gol
en cinco partidos de liga, en seis si se le añade el de la Copa de
la UEFA, y suma trece de los quince puntos disputados, gracias al
empate inicial contra el Valladolid y cuatro victorias
posteriores.
El Valencia encontró, ante un Real Madrid abierto y que apenas
defiende, numerosas alternativas para desarbolarlo. Esta es, sin
duda, la principal arma del equipo de Rafa Benítez: el inagotable
repertorio de posibilidades para poder con el rival.
Dentro de ese repertorio daba la impresión de que sólo había dos
cuestiones innegociables, la necesidad de que el eje del equipo se
asiente sobre la pareja formada por los internacionales Baraja y
Albelda y que las tareas imaginativas recayeran sobre Pablo Aimar.
Incluso sin alguna de esas dos premisas (Aimar se lesionó a los 20
minutos del Valencia-Real Madrid) el equipo ha funcionado. Da igual
Cañizares que Palop. Curro Torres ha llegado tras ocho meses de
lesión y es titular. Ayala y Pellegrino no se echan en falta en
cuando no juegan. Marchena rinde a un altísimo nivel y a Carboni no
le hace falta el oxígeno que le proporcionaba Fabio Aurelio.
Jorge López demuestra su clase en la banda derecha. Vicente lo
ofrece todo como extremo izquierdo a la vieja usanza. Mista y
Oliveira empiezan a repartirse los goles e incluso hay tiempo para
que chicos como Cannobio o Sissoko, considerados «fichajes
menores», tengan su oportunidad. Cuando sale Sánchez, como mínimo
da el pase del gol, Rufete ya ha vuelto al equipo y da la impresión
de que ha aparecido un central con futuro: David Navarro.
Con este abanico de posibilidades, al que se sumarán los ahora
lesionados Angulo y Fabio Aurelio, el Valencia muestra más
consistencia que hace dos años, cuando fue campeón.
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