BETIS: Contreras (*), Juanito (*), Rivas (*), Lembo (*), Luis Fernández (*), Joaquín (*), Assuncao (*), Arzu (*), Ismael (*), Fernando (*) y Dani (*).
Cambios: Palermo (*) por Fernando, Capi (*)por Ismael y Banjamín (-) por Dani.
DEPORTIVO: Molina (*), Héctor (*), Andrade (*), César (*), Capdevilla (*), Mauro Silva (*), Sergio (*), Víctor (*), Fran (*), Munitis (*)y Pandiani (*).
Cambios: Scaloni (*) por Víctor, Valerón (*)por Fran y Romero (-) por Munitis.
Àrbitro: Mejía Dávila. Amonestó a los visitantes Sergio (m.47+), César (m.60) y Pandiani (m.74) y a los locales Lembo (m.68) y Capi (93).
Antonio Gutiérrez|SEVILLA
Un terreno en pésimas condiciones dio pocas opciones de juego al Betis y al Deportivo, aunque el conjunto local se adaptó mejor a las circunstancias y gozó de las mejores ocasiones de marcar ante un líder que dio por bueno el empate a cero. De entrada, el primer enemigo que tuvieron los dos equipos fue el estado del terreno, con mucha agua por la intensa lluvia que cayó sobre Sevilla.
Ambas formaciones, con un buen número de jugadores técnicos, se tuvieron que olvidar del toque y preocuparse más de mantener la verticalidad y aprovechase de un mal pase de un rival o de un extraño del balón. Ante esta adversidad, el encuentro estuvo muy parado y sin ninguna vistosidad, aunque pareció que el Betis lo entendió mejor con un juego más directo sobre el área gallega. Así, a los 26 minutos, un mal control por parte del meta Molina le dio opción de marcar al bético Fernando, pero el portero deportivista le hizo falta sin que el posterior penalti fuera materializado en gol por el propio delantero malagueño, quien vio como su lanzamiento acabó con el balón repelido por el meta.
La gran oportunidad desperdiciada por los del técnico Víctor Fernández no hizo desfallecer a los verdiblancos, quienes, con continuos balones colgados al área, hicieron trabajar mucho a Molina y a la contundente defensa visitante. La segunda parte tuvo tintes parecidos a la primera, con un Betis más metido en el encuentro ante un rival, el dirigido por Javier Irureta, que tuvo muy poco poder ofensivo con el uruguayo Walter Pandiani muy solo como único delantero. Poco antes de cumplirse la hora de partido, el árbitro anuló un gol de Dani por juego peligroso previo de Palermo, en la primera jugada del argentino, que salió para aprovechar su corpulencia en los balones al área. el tramo final del encuentro estuvo más abierto, ya que el equipo local no cejó en su intento de crear peligro y el visitante intentó sorprender al contrataque.
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