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Àlex Santos|BARCELONA
Samuel Etoo se destapó anoche gritando «Madrid cabrón, saluda al campeón» sobre el césped del Camp Nou durante la fiesta de celebración del título de Liga conseguido por el FC Barcelona, que registró un lleno histórico en el estadio barcelonista. El delantero camerunés no se mordió la lengua durante el turno de intervenciones y se soltó con el cántico antimadridista.
El título azulgrana recibió en la tarde de ayer una respuesta espectacular de aficionados en las calles de la Ciudad Condal, por donde ha transcurrido el autobús con los jugadores barcelonistas, y en el Camp Nou, donde miles de seguidores se agolparon durante horas en las puertas del recinto a la espera de que abrieran las puertas.
El éxito de convocatoria de la fiesta azulgrana fue completo, aunque en los aledaños del Camp Nou se vivieron momentos de confusión por la avalancha de seguidores que quedaron atrapados contra las puertas, ya que éstas se abrieron paulatinamente.
Finalmente, los hinchas pudieron sortear la primera puerta de acceso al recinto del Camp Nou y escoger por dónde deseaban entrar al estadio. El Barcelona había previsto un plan que finalmente debió modificar.
El Barcelona había invitado por la madrugada a todos sus socios a que se acercasen al Camp Nou para vivir la fiesta, junto con un acompañante. Pero ante el alud de jóvenes aficionados no socios, el Barca levantó de inmediato la restricción y permitió el acceso a los que lo desearon.
En las calles de la Ciudad Condal, el éxito de participación ciudadana estuvo por encima de las previsiones, ya que no se esperaba tanta afluencia, debido a que se creía que el fin de semana largo, porque hoy es fiesta en Barcelona, iba a restar interés a la fiesta. No obstante, la gente se echó a la calle como en las mejores gestas del club catalán, especialmente en la consecución de la Copa de Europa, cuando Barcelona quedó colapsada.
En esta ocasión, el Barcelona dispuso de otro guión. Tras la consecución del título anoche en el campo del Levante, la expedición barcelonista regresó a las cuatro de la madrugada, y se desplazó al Camp Nou en un autocar descapotable para saludar a los aficionados que se habían acercado al aeropuerto.
A diferencia de otros años, el Barcelona quiso realizar una fiesta multitudinaria y por ello concentró el interés de la celebración, además de por las calles de la ciudad con el paso del autobús barcelonista, en el Camp Nou. El vicepresidente de economía del club, Ferran Soriano, se mostró satisfecho por esta medida al entender esta tarde que con la celebración de la fiesta en la plaza de Sant Jaume, se hubiese restringido el acontecimiento a las personas que hubiesen tenido la suerte de entrar. En las calles, el autocar más exitoso fue aquel en el que viajaban todos los jugadores del primer equipo, que iban enfundados con una camiseta roja con el lema «Campions».