Una tanda de penaltis que cambió la historia. Euocopa, 22 de junio de 2008. Cuartos de final. España derrumbó una barrera psicológica con dos paradas de Casillas y desató un fútbol que la llevó a ser campeona de Europa y más tarde del mundo. Italia inició un declive con cambio generacional de por medio. En plena reconstrucción, vive el reencuentro de dos campeones del mundo.
Desde la última vez que España midió sus fuerzas a Italia se acabaron sus complejos. Aprendió a ganar. Por una vez la suerte estaba de su lado, como define siempre el capitán Iker Casillas para quitar mérito a sus salvadoras intervenciones. «Desde ese día, hemos dado un giro radical a nuestro fútbol. Nos quitamos la presión y el peso de lo protagonizado años atrás».
Cambio de rol
Aquella noche, en el Ernst Happel de Viena, donde después logró su primer título en color ante Alemania, La Roja no hizo su mejor partido. Aún sentía fantasmas de un pasado que ahora se siente tan lejano que se ha cambiado por el respeto que encuentra España ante cualquier rival, por grande que sea. Disfrutando de su papel de favorito en el plantea futbolístico.
Es la forma en la que llega a Bari. Con máxima confianza pese a bajas de jugadores importantes. Sin piezas clave como Sergio Ramos, Puyol o Xavi. Y con avisos de Vicente Del Bosque a jugadores como Joan Capdevila y Carlos Marchena, que si no mantienen su nivel, por edad no llegarán a la Eurocopa 2012.
Esas ausencias, sumadas a la de Cesc, que por unas razones u otras ha ido desapareciendo, provocan nuevos ensayos de Del Bosque en la vuelta a escena de una selección de vacaciones desde sus exhibiciones en Estados Unidos (0-4) y Venezuela (0-3). Vuelve con una cara nueva, la de Thiago Alcantara. Un futbolista que es pura fantasía para un centro del campo sobrado de imaginación y calidad.
El exitoso momento que viven las categorías inferiores españolas se premia con la actitud de Del Bosque. La llamada de Thiago, que debutará en la segunda mitad y ha renunciado a jugar con Brasil, es un guiño a los más jóvenes. También regresan tras triunfar en el Europeo sub'21 de Dinamarca dos jugadores que fueron referentes: Javi Martínez y Juan Mata.
Elogios
Al duelo entre los dos últimos campeones del mundo llega Italia intentando encontrar una identidad, una «personalidad propia», como exige su seleccionador, Cesare Prandelli, encargado de vincular el exitoso pasado a un preocupante presente.
Entre elogios al sello de España, Prandelli dispondrá sobre el terreno de juego para el amistoso un esquema táctico 4-3-1-2. Con él espera frenar el juego de toque de La Roja, presionar con mordiente al rival y buscar un estilo vertical, sin puntos de referencia en el centro del campo, pero con la búsqueda de espacios y la velocidad en ataque como claves.
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