El contrato se firmó en 1976 | Miquel Àngel Cañellas

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Una viuda de 72 años denuncia que está sufriendo acoso inmobiliario por parte del nuevo dueño de su vivienda en el barrio de Santa Catalina, por la que paga un alquiler de 22 euros mensuales. La inquilina ha tenido que recurrir a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) para intentar salvar una orden de desahucio por el impago del IBI de varios años atrás, algo que la afectada niega con rotundidad. «Se pagaron, pero el antiguo dueño no quería recibo», afirma.

El contrato se firmó el 28 de abril de 1976 por 42.000 pesetas al año, lo que en la actualidad equivale a 22 euros mensuales. La afectada señala que «el propietario nos pedía el dinero en efectivo y aunque al principio nos entregaba recibos, luego dejó de hacerlo. Entonces empezó a venir a cobrar a nuestra casa», explica. Tras una discusión con el propietario, los residentes optaron por pagar el alquiler a través del juzgado.

Con el tiempo se acordó que la pareja se haría cargo de obras de mejora y del mantenimiento de la vivienda, así como de los recibos del IBI y gastos de la incineradora, que debían pagar en mano al propietario, aunque en este caso tampoco les entregaba recibo.

En 2020 el propietario falleció y pocos meses después lo hizo el marido de la afectada, que optó por subrogarse al contrato de renta antigua y mantener así el precio estipulado en 1976. «El heredero de la vivienda era su cuidador y pronto empezó a reclamarme el IBI que ya habíamos pagado antes. El abogado de oficio que me asignaron no defendió mis intereses y me tocó volver a pagarlos, se trata de alrededor de 1.000 euros. Pero no ha servido de nada, el proceso de desahucio ya se ha iniciado».

Tras más de cuarenta años residiendo en la misma vivienda, la afectada advierte que con una paga de apenas 800 euros no puede encontrar ninguna vivienda de alquiler asequible, ni mucho menos en el barrio. «Es una injusticia, conseguí reunir el dinero para pagar de nuevo los IBI que ya había pagado pero no ha servido de nada. Ahora nos enfrentamos a un desahucio», se lamenta.