Imagen del poblado chabolista, a pocos metros de la vía de cintura. | F.F.

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La proliferación de asentamientos chabolistas por diferentes rincones de Palma sigue ganando terreno en espacios insospechados en ocasiones. El penúltimo episodio nos traslada a un espacio tan escondido como próximo a una de las zonas más transitadas de la capital mallorquina. Porque escondido entre la vegetación, e incluso gracias a un improvisado muro levantado con lonas publicitarias, un curioso macropoblado llama la atención de unos pocos curiosos que se atreven a husmear.

Los que se atreven a llegar hasta los confines del parque anexo al polideportivo Germans Escalas, que limita con la vía de cintura. Esas fronteras delimitan también el espacio del poblado que un importante grupo se sintecho ha levantado al pie de la autovía por un lado, junto al citado parque y recinto deportivo por otro, y en las faldas del puente del Rafal.

A través de un par de accesos que han erigido cortando la verja de alambre, los habitantes de este núcleo de barracas y casetas levantadas con tablas, plásticos, telas o plásticos se diferencian del resto de enclaves en la perfecta distribución del espacio. Porque se ha parcelado y repartido entre los habitantes, muchos de los cuales incluso disponen de un espacio que han cultivado para autoconsumo, aprovechando que el terreno invita a ello.

Con el permanente ruido de coches, camiones y demás vehículos como compañeros de vida, los residentes en ese poblado de chabolas ubicado a escasos metros de la vía de cintura entran y salen libremente, con el parque como zona de paso antes de llegar al barrio del Rafal. Ante la sorpresa de los vecinos y residentes que, desde el puente o paseando por la zona verde, han visto crecer progresivamente este asentamiento.

Durante la visita de Última Hora, apenas uno de sus habitantes dio señales de vida. Se trata de un hombre, de origen norteafricano y mediana edad, quien asegura que después de Navidad dejará la zona. De fondo, dos chaquetas se secan al sol dentro de un orden desconcertante dentro de este tipo de núcleos.

Su singularidad reside en su ubicación, muy cerca de la vía de cintura y a la vista de numerosos vecinos y residentes, del Rafal principalmente, que no tienen queja de ellos, aunque la imagen resulta llamativa por el importante montaje de chabolas y barracas que ha crecido, a la vez que esos huertos que le dan un toque de distinción respecto a otros asentamientos.

La de este poblado es una muestra más de un fenómeno que a lo largo de este 2024 ha crecido de manera notable por diferentes barriadas de Palma: los asentamientos de personas que se ven obligadas a instalarse allá donde pueden por la falta de vivienda o la imposibilidad de acceder a un techo.