Los jugadores de la selección de fútbol francesa entrenan en el estadio Olímpico de Kiev, Ucrania. | Efe

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Francia saltará mañana al Olímpico de Kiev con todo a favor para sellar su pase a los cuartos de final de la Eurocopa ante una Suecia eliminada, frente a la que incluso puede tener la opción de especular para evitar el cruce con España, la actual campeona de Europa y del mundo.

Los «Bleus», que encadenan una histórica serie de 23 partidos sin perder, tiene prácticamente sellada la clasificación, que deberán confirmar mañana ante una Suecia matemáticamente eliminada y con la tranquilidad que otorga el hecho de afrontar el encuentro como líderes de grupo, con los mimos puntos que Inglaterra (4).

La victoria, el empate e incluso una derrota por la mínima de los de Laurent Blanc ante Zlatan Ibrahimovic y compañía bastarán para que los galos no tengan que hacer las maletas anticipadamente, como les ocurrió en el Mundial de Sudáfrica 2010.

El de mañana en Kiev, en el Estadio Olímpico en el que se celebrará la final de la Eurocopa el próximo 1 de julio, se trata de un partido que puede suscitar las suspicacias ya que el técnico francés podría dar descanso a varios de sus titulares y, de paso, favorecer un resultado que les evitara el paso con «La Roja».

Sin embargo, Blanc apela a la profesionalidad y no quiere oír hablar de cálculos para evitar a ninguna selección.
«No perdamos de vista cuál es nuestro objetivo. Vamos a preparar el partido con la mayor seriedad posible, para ganarlo, alineando el mejor equipo posible contra los suecos», sostiene Blanc.

Se trata de un discurso al que se adhieren con menos firmeza sus jugadores, que apelan a la confianza acumulada a base de resultados para doblegar a cualquier rival pero que no hacen ascos a evitar el «coco» que es el equipo que dirige Vicente del Bosque.

«Primero es necesario clasificarse. España es un equipo temible, es el actual campeón, el equipo al que todos quieren ver jugar. Si podemos evitarlo, lo intentaremos», sostiene el lateral francés del Manchester City Gaël Clichy.

Sortear a España no es plato de mal gusto, pero tampoco el objetivo principal para una selección joven que se ve con potencial para llamar la atención en el campeonato continental.

«Sin ser demasiado pretencioso o arrogante, tenemos cualidades que hemos demostrado en los últimos 23 partidos. De todas formas, hablamos de Croacia e Italia, que no son países pequeños», agrega Chichy.
Eliminada tras perder contra Ucrania e Inglaterra, a Suecia no le queda otro objetivo que intentar maquillar un poco su papel y no volverse a casa sin puntos.

Suecia se adelantó en los dos partidos, pero no supo mantener su ventaja y acabó perdiendo, en gran parte por la fragilidad de su defensa, que ha encajado cinco goles, una cifra exagerada para un equipo que suele hacer gala de una zaga sólida.

Por ahí han ido buena parte de las críticas a la selección sueca, que no han sido tan fuertes como para exigir la salida de Erik Hamrén, al que los medios han dado un voto de confianza para que continúe con su apuesta por un juego más vistoso en la fase de clasificación para el Mundial de Brasil.

Ahí estará Ibrahimovic, que ha insistido en que continuará en la selección y como capitán en contra de algunos rumores.

Pese a las apelaciones típicas a luchar por el honor, el ambiente en Suecia es bastante relajado, como refleja el hecho de que el central Jonas Olsson recibió permiso para viajar a su país para presenciar el nacimiento de su primer hijo, aunque ya ha regresado.

La incógnita es qué equipo alineará Hamrén, que podría optar por introducir varios cambios. Uno seguro parece la salida del once titular de Elmander, quien ha llegado muy justo tras romperse hace poco más de un mes un metatarsiano, lo que ha provocado el malestar de su club, el Galatasaray turco.