La incertidumbre sobre el estado físico del centrocampista y capitán Tomas Rosicky, aquejado de dolores en el tendón de Aquiles desde el partido contra Grecia, marca la víspera de una República Checa que mañana se enfrentará a la Portugal de Cristiano Ronaldo por el pase a semifinales.
Rosicky no pudo acabar el partido ante Grecia y tampoco pudo estar ante Polonia, se le han realizado pruebas médicas pero aún no se sabe si podrá jugar ante Portugal en el partido, por ahora, más trascendente para ambas selecciones en la actual Eurocopa 2012.
Sobre su participación en el entrenamiento de hoy en Breslavia, antes de partir por la tarde a Varsovia, el portavoz del equipo, Jaroslav Kolar, se limitó a decir a Efe: "No sé. Veremos".
Entre tanto, el equipo que prepara el técnico Michal Bilek sigue soñando con el pase a las semifinales, aunque consideran a Portugal como favorito sobre el papel.
"Están en la posición de favoritos, y esto lo deben demostrar en el campo y no en otros lugares. Veremos", dijo el central checo Tomas Sivok, que ha jugado estas últimas temporadas en un Besiktas en el que militará el español Guti.
"Sé que si tienen un buen día, es difícil frenarlos. Pero también tienen otros días en que no les va bien. No podemos permitir jugadas a balón parado. Las faltas suponen jugadas de estrategia y aquí ellos son muy fuertes. Tenemos que mostrar un juego de equipo", añadió Sivok.
Lo probable es que Bilek alinee al mismo equipo que logró el pase a cuartos de final, a la espera de que se sepa si Rosicky jugará o no.
Las novedades en el esquema táctico, según se piensa en el seno del equipo checo, radicará en estar agrupados y mostrar más apoyo al lateral derecho Gebre Selasie, que tendrá que vigilar a Cristiano Ronaldo. Jiracek, héroe del partido contra Polonia, y el falso extremo derecho Kolar tendrán que mostrarse más solidarios atrás.
La selección portuguesa, pletórica por su brillante clasificación a los cuartos de la Eurocopa al vencer a Holanda (2-1), espera que su estrella Cristiano Ronaldo prolongue su idilio goleador para derrumbar mañana en Varsovia la previsible estrategia defensiva de la República Checa.
El ganador del choque disputará las semifinales del torneo en Donetsk, en Ucrania, contra el ganador del España-Inglaterra.
Los dos tantos sumados ante la subcampeona del mundo el pasado domingo devolvieron la confianza a Cristiano Ronaldo, hasta entonces muy criticado, y a la propia selección lusa, que superó contra pronóstico al conocido como "el grupo de la muerte", formado también por Alemania y Dinamarca.
Los ocho remates, dos de ellos a las redes y dos más a los palos, así como sus continuos desequilibrios ante la débil defensa "orange" fueron el demoledor registro de un futbolista que ve cada vez más cerca la consecución del Balón de Oro, que las últimos tres ediciones las venció el argentino Leo Messi.
Ante Holanda, la imparable fuerza de Ronaldo se conjugó con el funcionamiento certero de una selección lusa ordenada en defensa, liderada por el madridista Pepe, y diseñada para el contragolpe con rápidos jugadores como Nani, del Manchester United, o Fábio Coentrao, del Real Madrid.
Precisamente, esa vocación por el contraataque, podría convertirse en el principal obstáculo para enfrentarse a un conjunto como el checo, que a priori defenderá más y dejará menos espacios que los holandeses.
La ausencia de un futbolista netamente creativo que desatasque retaguardias cerradas ya ha generado algún problema a la selección dirigida por Paulo Bento.
Miguel Veloso, fino centrocampista del Génova, Raúl Meireles, todo terreno campeón europeo con el Chelsea, y Joao Moutinho, el más imaginativo del trío de medios, pero sin llegar al nivel de los ilustres Deco o Rui Costa, no encajan en la posición de "diez".
No obstante, Bento, fiel a su estilo, no prevé ninguna modificación en el once titular respecto a los partidos ante Alemania (derrota por 1-0), Dinamarca (triunfo por 2-3) y Holanda (victoria por 2-1).
Históricamente, ambas selecciones se midieron hace cuatro años en la primera fase de una Eurocopa en Austria y Suiza con triunfo luso por tres a uno. Ronaldo y Ricardo Quaresma, que integran la actual selección portuguesa, y Deco anotaron los tantos de la victoria.
En la misma competición de 1996, los checos habían ganado 1-0 con un soberbio gol de vaselina de Karel Poborský, que tumbó en los cuartos de final a un combinado liderado entonces por los legendarios Luis Figo y Rui Costa.
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