El equipo de Francisco, que llegaba de ganar al Valencia en Mestalla, no abandona los puestos de descenso, pero ya respira más tranquilo en la duodécima jornada. Un tanto de su goleador Rodri, el sexto de la temporada, apagó a un Pucela que vio como le condicionaba un tanto ilegal que Muñiz Fernández concedió como válido.
El centro desde la banda izquierda, obra de Suso, terminó en el corazón del área y Rodri, que no alcanzó con la cabeza, estiró el brazo derecho y logró batir a Mariño, que se quedó inmóvil esperando la reacción del árbitro. Sin embargo, nadie impidió que el gol subiese al marcador.
Desde ahí, casi al borde del descanso, el Almería intentó estirar su ventaja para no sufrir en la segunda parte, pero no lo logró. Suso y Rodri se estorbaron en la ocasión más clara (min.66), y Tébar oxigenó el juego de los locales, aunque ni unos ni otros movieron el 1-0 final.
Para colmo de los blanquivioletas, Ebert -ya con amarilla- se dirigió al colegiado y éste no dudó en enseñarle el camino del túnel de vestuarios. Con uno menos, y 15 minutos por delante, no hubo manera de impedir el triunfo local. El Almería, que ya sonríe, parece que ya ha dado con la tecla.
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