Instante en el que el colegiado reclama a los futbolistas que regresen al campo tras señalar el final de la primera parte. | R.D

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Cuando el primer tiempo estaba terminado y los jugadores estaban rumbo a los vestuarios, el videoarbitraje (VAR) otorgó este lunes un penalti al Mainz en el partido ante el Friburgo (2-0), correspondiente a la trigésima jornada de la Bundesliga.

El duelo, crucial en la lucha por la permanencia en la primera división, marchaba 0-0 cuando el árbitro silbó el fin de la primera parte. Los jugadores del Friburgo habían salido del campo.

Sin embargo, el árbitro Guido Winkmann fue alertado por su asistente Bibiana Steinhaus, a cargo del VAR, de que el defensa Oliver Kempf había tocado el balón con la mano dentro del área.

Winkmann vio nuevamente la jugada polémica, que se produjo después de un centro de Daniel Brosinski, y otorgó el penalti al Mainz. Los jugadores del Friburgo tuvieron que entrar nuevamente al campo. Poco después, Pablo di Blasis convirtió sin problemas la pena máxima y adelantó al equipo local.

«Estábamos ya en el vestuario. Tenemos que aceptarlo. Creo que es acorde a las reglas. Pero es cada vez más extraño», dijo Jochen Seier, dirigente del Friburgo.