La noticia empezó a correr durante la tarde del domingo, cuando Diego Romero, jugador del Son Verí, denunció ante la Policía que un futbolista del Molinar le mordió la nariz al final del partido, que finalizó con un claro 3-0 para el Rotlet. Según el parte médico aportado, que calificaba la mordedura como «intencionada por persona humana», el centrocampista argentino sufrió «una pérdida de sustancia en la base nasal y una herida inciso contusa». La propia policía se personó en el vestario del Molinar a la conclusión del choque para hacerle llegar la denuncia al supuesto agresor, el delantero Iván Bonnín, que a su vez también denunció horas después que había recibido varios documentos de audio en tono amenazante por parte de un jugador del Son Verí.
Vieja disputa
En cualquier caso, los incidentes que se produjeron en el Molinar son solo un capítulo más dentro de un enfrentamiento que arrancó en noviembre, durante la disputa del partido de la primera vuelta. En aquella ocasión y en un choque que acabó en empate a uno, los ánimos se calentaron y se iniciaron una serie de disputas entre jugadores de uno y otro equipo que se saldaron con la fractura del tabique nasal a un futbolista del Rotlet, Adrián Arbós, que se vio incluso obligado a pasar por el quirófano.
Lejos de apagarse, el enfrentamiento se ha mantenido encendido y activo durante los meses meses siguientes y tuvo continuidad el domingo con la tangana final y el posterior cruce de denuncias. En el Rotlet Molinar, cuya junta se reunirá estos días para analizar lo ocurrido, lamentan las agresiones y la repercusión que han tenido las imágenes. A su vez, tienen previsto emitir un comunicado para explicar su versión de los hechos, tanto los más recientes como los que iniciaron el fuego a finales de 2017, ya que, según el propio club palmesano, entienden que en aquel momento se pasaron por alto.
La impactante fotografía de la mordedura recibida por Diego Romero salpicó al fútbol balear un año después de que saliera a la luz el vídeo de una batalla campal en Alaró durante un partido de infantiles. Entonces se produjo una pelea multitudinaria entre padres de los jugadores del equipo local y del Collerense, que se extendió como la pólvora a través de las redes sociales. Unas imágenes vergonzosas que dieron la vuelta al mundo a través de internet. El Alaró decidió retirar de la competición al equipo infantil implicado en los hechos, el Collerense apartó a dos jugadores y el Comité de Competición decidió sancionar a los clubes con una multa de 750 euros.
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