Ante esa gesta, la Real Federación Española de Fútbol abrió el Salón de Actos Luis Aragonés para recibir en su sede a las 21 campeonas del mundo que, según Luis Rubiales, se han convertido en referentes para «muchas niñas que sueñan» con ser como ellas.
El presidente de la RFEF consideró que en el certamen disputado en Uruguay las internacionales pusieron en valor su «compañerismo y trabajo en equipo» para firmar el mayor logro en la historia del fútbol femenino español, solo pocas semanas después de haber logrado los títulos continentales sub-17 y sub-19 y el subcampeonato en el Mundial sub-20 de Francia.
De ese campeonato, Luis Rubiales guarda una foto en la que salen él y Eva Navarro, integrante de aquel equipo y capitana de la selección sub-17. «Ella estaba llorando, estaba pasándolo mal», recordó el dirigente, «y le dije que, antes de lo que esperaba, iba a sonreír». «Y si te fijas ahora, campeona del mundo», celebró.
España recogió también los principales distintivos individuales, el Balón de Oro y el Guante de Oro, de Claudia Pina y Cata Coll. «Para nosotras es un orgullo. Ganamos esto para que el fútbol femenino crezca. No podemos estar más orgullosas. ¡Somos campeonas del mundo!», exclamó Eva Navarro.
Emocionada por la conquista, la seleccionadora Toña Is compartió el éxito con sus jugadoras, el cuerpo técnico, los trabajadores de la RFEF y, en especial, con el responsable del área de fútbol femenino, Rafael del Amo.
«Has pasado uno de los peores tragos de tu vida -su padre falleció antes de la final y abandonó la concentración-, pero quisimos darte este regalo y traer la copa aquí, a casa», dijo Is. «Todos los compañeros me han ayudado para que esto fuera posible. Sois un equipo extraordinario, un equipo 'top'. Estoy súper orgullosa de vosotros, de lo que habéis hecho. Os habéis dejado el alma para que hoy tengamos todos un pedacito de esta copa», abundó.
De las celebraciones y del homenaje también participó Ainhoa Marín, a quien un esguince apartó del torneo tras haber dispuesto de minutos en el duelo inaugural, ante la selección de Corea del Sur. Ella es una de las 21 jugadoras que tienen escrita a sus espaldas la palabra «campeonas», en mayúscula, para orgullo de Rafael del Amo. «La RFEF ha dado una vuelta de campana importante. Rubiales realmente cree en este proyecto y eso es muy ilusionante para mí, que soy un loco de este fútbol», apostilló el máximo responsable de fútbol femenino en la federación española.
Tras agradecer el trabajo de todo el cuerpo técnico, Del Amo pidió a las jugadoras que retrocediesen en el tiempo «hasta esos primeros campos, a esos primeros clubes y a esa federación territorial» que les abrió las puertas del fútbol.
«Las territoriales son capaces de veros y de sacar este equipazo. El triunfo está ahí, en 19 territoriales fantásticas», remarcó.
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