Su presencia ya no pasa desapercibida y con el paso del tiempo han ayudado a normalizar la presencia de la mujer en el arbitraje. Amy Peñalver y Joana Maria Vidal darán otro paso al frente en sus carreras tras superar las pruebas físicas y técnicas que les han llevado a ganarse el derecho a ser colegiadas principales en el grupo balear de la Tercera División. Su debut llegará con el arranque del curso, en las dos primeras jornadas y se lo toman «con naturalidad».
Amy Peñalver es un referente a nivel estatal, pues el pasado curso ya dirigió partidos en la máxima categoría femenina, la ahora Primera Iberdrola. Además, es asistente en Segunda División B y añade a su hoja de servicios el cartel de árbitra principal en Tercera balear.
Por su parte, Joana Maria Vidal también es asistente en la categoría de bronce masculina y aspira a pitar encuentros en la nueva Reto Iberdrola, la antigua Segunda Femenina.
Dar el paso a ser árbitra principal en Tercera no supone un cambio radical para ellas. «En Tercera hay nivel y ya nos conocen, tanto jugadores como entrenadores, porque hemos sido asistentes. Además, parece que es más fácil arbitrar. Hay nivel y sólo te tienes que centrar en lo tuyo, no en lo que pasa alrededor del partido», explica Amy.
La relación hacia ellas apenas es diferente, «pues hemos coincidido muchas veces y nos tratan igual que a un chico. A fin de cuentas, en el campo somos un árbitro más», comenta Vidal.
Ambas remarcan la naturalidad con la que se lleva en la actualidad la presencia de las colegiadas. «Antes, cuando ibas a algún campo parecía algo raro, llamabas la atención. Ahora es más corriente y habitual», refiere Amy.
El crecimiento dentro del Comité Balear de Árbitros de la figura de la mujer y el apoyo que reciben de sus compañeros «es de agradecer. En los buenos y en los malos momentos», señalan. Y esperan «que lo que nosotras y nuestras compañeras estamos haciendo no se detenga. Nuestro ascenso a Tercera es el de todas», espeta Amy Peñalver a la vez que Joana Maria Vidal asiente.
Orgullosas
Amy,de 23 años, y Joana Maria, de 28, se sienten «orgullosas» del precedente que ha supuesto el debut como asistente en Primera División masculina (precisamente en Son Moix) de su compañera Guadalupe Porras. «Todas la apoyamos, es un referente por su capacidad de trabajo y sacrificio», dice Amy. «La conocemos en persona y sabemos lo que le ha costado llegar hasta aquí. Es un referente», añade Joana, recordando que coincidieron en un Rayo Vallecano-Athletic Club de Bilbao.
Los inicios de Amy, hace apenas cinco años y de la mano de su hermano, no hacían pensar en una trayectoria tan meteórica. Joana Maria fue antes jugadora que colegiada, e incluso alternó durante una temporada ambos papeles. Las dos coinciden en que el esfuerzo «ha valido la pena» y no distinguen entre pitar un duelo masculino u otro femenino. «Cada partido es diferente», remarcan.
Amy y Joana Maria lanzan un mensaje a las mujeres que quieran dedicarse al arbitraje. «Ahora es el momento de apuntarse. A las chicas que les guste el fútbol, aquí pueden descubrir una nueva vertiente», afirman con rotundidad las dos referencias del arbitraje femenino dentro del fútbol balear y español.
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