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Dani Alves vuelve a testificar este lunes ante la jueza que investiga su caso de violación por propia petición de su defensa, y será la quinta ocasión en la que Alves preste declaración y presumiblemente cambie de nuevo su versión de los hechos. Un nuevo testimonio que abre un nuevo capítulo en el juicio por agresión sexual que mantiene al ex del Barça recluso en la prisión de Brians 2 desde el pasado 20 de enero.

Sobre esa nueva versión de lo sucedido que ofrecerá Dani Alves, todavía no se conocen demasiados detalles, pero el brasileño espera que suponga un giro en el rumbo que mantiene desde un inicio el caso. Un amigo íntimo, Bruno Brasil, puede haber dejado ya este fin de semana alguna pista de lo que puede contar Alves: «Dani habló con todas, como yo, pero más con ella (la denunciante), que se acercó a él, en algunos momentos bailando y rozándose, llamando su atención».

Llegado un momento, veo que van separados al lavabo; entran y salen por separado y pasan unos 15 minutos« ha asegurado Bruno Brasil, reforzando testimonios anteriores del ex barcelonista. Según el amigo de Alves, el futbolista regresó y se quedó junto a ellos charlando con la prima de la denunciante: «Hablamos todo normal, no se dijo nada raro. Ella me choca la mano y su prima un beso a la mejilla antes de marcharse».

Las distintas versiones de Dani Alves

El quid de la cuestión reside en las distintas versiones que ha ido ofreciendo Dani Alves a lo largo de los meses, y que merman la credibilidad de sus palabras por la inconsistencia que ha demostrado el brasileño a la hora de testificar. Su estrategia ha ido dando tumbos, incluyendo el cambio de abogado (Cristóbal Martell) para su defensa y las constantes negativas de la jueza a concederle ninguna petición, ni la libertad bajo fianza, ni el examen físico y psicológico a la víctima.

Alves justificó ese continuo vaivén en sus declaraciones con la necesidad de ocultarle la infidelidad a su mujer, un argumento sin sentido cuando se está investigando una presunta violación. En esa primera ocasión, apenas una semana después de conocerse el caso, Alves publicó un vídeo en el que decía que no conocía a la mujer, la acusaba de denunciar para aprovecharse de su fama, y daba a entender que había coincidido en el baño con ella porque él abrió la puerta sin saber que estaba ocupado. Después, una vez ya iniciado el proceso judicial, Alves explicó ante la jueza que fue él quién entró en el baño en primer lugar, como muestran las cámaras de la discoteca Sutton. Sobre lo que ocurrió en el baño, Alves explicó que no pasó nada, y que la presunta víctima se quedó a su lado mientras él hacía sus necesidades.

Poco a poco, conforme las piezas iban encajando y señalando en su contra, conforme las pruebas iban salpicando la investigación y rubricando la sólida versión ofrecida por la víctima, Alves iba haciendo concesiones en sus palabras. Por eso, cambió una tercera vez su versión, admitiendo haber mentido anteriormente y relatando que la denunciante le practicó una felación mientras se encontraba sentado en el retrete.

Las muestras de semen recogidas por la Policía en la vagina de la víctima, coincidentes con el ADN del brasileño, junto al resto de testimonios de empleados, guardas y cámaras de seguridad, volvieron a echar por tierra el relato de Alves. Por eso, volvió a ceder terreno en su cuarta confesión, ya que su defensa admitió a la jueza que hubo «penetración vaginal», aunque en todo momento se trató de sexo «consentido». De hecho, el ex futbolista llegó a acusar a la víctima de haber ido directa hacia él, y afirmó querer «protegerla» porque él es la supuesta víctima en realidad.

Las pruebas y la sólida versión de la víctima

Mientras Dani Alves divagaba en cada nueva declaración que ofrecía, a la víctima le bastó con acudir a los juzgados en una ocasión para dejar claro lo que sucedió ese 30 de diciembre de 2022 en la discoteca Sutton de Barcelona. Junto a unas amigas, la joven rechazó las insistentes invitaciones de Alves y sus acompañantes para unirse a ellos en la fiesta, hasta que finalmente accedieron a unas bebidas.

La presunta víctima, una joven de 23 años, detalló después que Alves realizó insinuaciones directas e incómodas y la forzó a seguirle hacia unos baños, donde comenzó a propasarse con ella. La golpeó, la tiró al suelo, y la forzó a practicarle sexo oral, para después incorporarla y agredirla sexualmente. El brasileño abandonó a los quince minutos el baño, y poco después la discoteca, pasando incluso junto a la víctima antes de desaparecer.

Intentando asimilar lo sucedido, la joven pidió ayuda a la seguridad del local y a la Policía, que la asistió y la trasladó al hospital. Pocos días después, la denuncia era efectiva. Además, junto a este testimonio, el de sus acompañantes también aportó profundidad a su versión, ya que tanto su amiga como su prima reconocieron también los intentos de Alves y su grupo para agredirlas.

La jueza ha rechazado los exámenes médicos y psicológicos a la víctima por parte de la defensa, y las numerosas peticiones de liberación para Dani Alves. Cámaras, testigos y ADN, junto a la víctima, todos señalan a Dani Alves como culpable. Sólo queda saber qué dirá este lunes, y comenzará una nueva etapa en su caso de agresión sexual, cada vez más cercano a su final, y a una posible condena en firme para el ex jugador.