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Ángeles Béjar, la madre de Luis Rubiales, fue la protagonista inesperada de este lunes cuando se cumplieron ocho días de la victoria de España en el Mundial femenino, cuando la celebración del título, con el 'piquito' del ya inhabilitado presidente de la RFEF a Jenni Hermoso, eclipsó la gesta histórica de la Roja.

La familia de Rubiales considera que lo que está sucediendo en los últimos días es una persecución injustificable. Así, la madre del exfutbolista considera que hay "una cacería inhumana y sangrienta contra su hijo" y por ello ha decidido encerrarse en la iglesia de la Divina Pastora Motril y ponerse en huelga de hambre.

Fue una mañana de nerviosismo en el granadino pueblo en el que nació Luis Rubiales. A primera hora de la mañana, la madre del suspendido presidente de la RFEF entró en la citada iglesia para iniciar una protesta. Cómo lo hizo no está del todo claro, pues el cura de dicha iglesia se encuentra de vacaciones, tal y como el mismo comunicó, y las llaves están en su poder.

Así, Ángeles Bejar podría aprovechado el momento en el que la mujer de la limpieza entró en la iglesia Divina Pastora para introducirse -alegando que iba a rezar por su hijo- y comenzar su huelga de hambre. El encierro se hará "de manera indefinida, día y noche" hasta que se haga justicia con su hijo, según aseguró la madre de Rubiales, hasta que "Jenni Hermoso diga la verdad".

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En la misma línea se pronunció Vanessa Béjar, una de las primas de Rubiales. "Que esta mujer diga la verdad, ha cambiado tres veces su declaración", afirmó atacando a la jugadora madrileña y haciendo una defensa a ultranza del inhabilitado presidente de la RFEF.

Junto a la madre, y dentro de la iglesia, también estaba la cuñada de Luis Rubiales. y en torno a las 14 horas, dos Policías Nacionales se acercaron a la puerta de la iglesia para llevarle medicamentos.

La preocupación por el estado de salud de Ángeles Béjar fue en aumento mientras avanzaba la tarde. Así, otra prima de Luis Rubiales se acercó a la puerta para llevarle algo de bebida y exigir que la mujer, de más de 70 años, recibiera asistencia médica. Pese a las constantes llamadas tanto a la puerta como por teléfono, nadie abrió la puerta y la citada prima se fue a comprar varias bebidas isotónicas; las botellas de agua se habían acabado en el pueblo ante la asistencia masiva de periodistas.

Finalmente, un médico sí que accedió al interior de la iglesia y le tomó la tensión para comprobar que la mujer, que tiene un notable disgusto, estaba bien. Mientras tanto, el cura, de vacaciones y con las llaves en su poder, aseguró que él no iba a abrir la iglesia hasta las 7.30 horas de la tarde del martes, pues ofrecerá una misa a las 20.00.

Ya por la tarde, fue convocada una manifestación de apoyo a Luis Rubiales y a sus familiares a la que apenas acudieron unas decenas de personas. Durante el acto, convocado de manera espontánea en redes sociales un par de horas antes de su celebración, se han podido ver pancartas con las frases "Todos somos Rubiales"; "Jenni por qué no dices la verdad"; "¡Stop cacería!" y ¡Basta ya!".