Con la tranquilidad que le concede tener media LaLiga EA Sports en el bolsillo, tras iniciar la cuenta atrás para ser campeón, después de golear al Girona en el duelo por el liderato y ver el desplome de sus rivales directos, Barcelona y Atlético de Madrid, el Real Madrid regresa a su terreno preferido, la 'Champions'.
Exultante por el rendimiento del grupo en la necesidad. Sobreponiéndose a cada una de las bajas en el camino desde el inicio del curso, por importantes que hayan sido, de nuevo Carlo Ancelotti encara un examen en la dificultad. Sin el portero que marca la diferencia. Sin centrales. Sin Bellingham, el futbolista que está haciendo historia en su primer curso de blanco con 20 goles, en una mutación futbolística sin precedente de un centrocampista en su llegada al Real Madrid.
Obligado a innovar, Carletto debe resolver varias interrogantes. La primera en la portería, donde Andriy Lunin se ha asentado pero el técnico italiano ha mantenido el discurso de la rotación en competiciones. Debería ser el turno de Kepa Arrizabalaga pero debe manejar valorar el rendimiento o la salud del grupo. Continuando con una defensa sin líderes en el centro por las lesiones de rodilla de Èder Militao y David Alaba. Por la inoportuna lesión muscular de Antonio Rüdiger.
Todo apunta a la continuidad de Aurélien Tchouaméni en una demarcación a la que se ha adaptado bien en la urgencia. Y el regreso de Dani Carvajal al lateral. Por centímetros y por prestaciones. Con Nacho titular pese a estar alejado de su mejor versión, tras superar un leve problema muscular.
La dimensión que va adquiriendo un centro del campo con Toni Kroos al mando, Eduardo Camavinga y Fede Valverde como perfectos escuderos, les convierte en indiscutibles. Del sustituto de Bellingham depende el sistema. El recambio natural es Brahim Díaz como mediapunta, pero Ancelotti estudia la opción de incluir a Joselu Mato como 9 puro. Planea un posible regreso al 4-3-3 como variante.
Ancelotti, técnico más laureado de la competición, asegura el éxito en octavos de final al Real Madrid. Con él al mando siempre se superó la ronda, pese a que PSG y Liverpool fueron los últimos que se cruzaron en el camino. Desde 2019, cuando el Manchester City de Pep Guardiola fue el verdugo, el conjunto madridista no cae en la primera eliminatoria. Llega tras un pleno de triunfos en el grupo como muestra de poderío de un equipo que vuelve a sentir firmes opciones de proclamarse campeón.
El balance total madridista en octavos en la Liga de Campeones, desde un cambio de formato que desaparece con la presente edición, es de doce victorias y ocho derrotas. Traen al recuerdo aquellos seis años de maldición. Más fresco en la memoria está la intensidad que faltó al Real Madrid en el Red Bull Arena en la visita en la fase de grupos de la pasada edición. Es el aviso de Ancelotti a sus jugadores para unirse en el esfuerzo, como realizaron ante el Girona, en la dificultad.
El RB Leipzig es distinto, eso sí. Llega al partido en una fase en que los resultados no se le están dando y en la que ha terminado quedándose de momento fuera de los puestos de la Liga de Campeones en la 'Bundesliga'. En los últimos cuatro partidos el Leipzig ha logrado una sola victoria, un empate y dos derrotas, ante el Stuttgart (5-2) y Bayer Leverkusen (2-3). Algunos de los partidos, sobre todo el duelo ante el Leverkusen en el que estuvo dos veces en ventaja y encajó en el descuento el gol de la derrota, el juego ha sido mejor que los resultados pero estos empiezan a acumularse y poco a poco empiezan a convertirse en un conato de crisis.
En el último partido, ante el Augsburgo (2-2), el Leipzig estuvo cerca de la victoria pero Lois Openda falló un penalti. Una situación que contrasta con su participación en la Liga de Campeones, solamente superado el equipo de Marcos Rose por el Manchester City en los dos partidos del grupo, venciendo el resto para acceder a octavos de final por cuarta ocasión en los cinco últimos años en un crecimiento progresivo.
1 comentario
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... bueno, pues esperemos que pierda... porque si no, no tiene emoción y es muy aburrido...