La historia de Georgia es una de las más bonitas de la Eurocopa. Un equipo que llegó como «Cenicienta», que enamoró al mundo del fútbol con la mítica celebración en el vestuario el día que consiguió la clasificación con un cura bailando entre jugadores y que ahora ha conseguido el pase a unos históricos octavos de final en la que es su primera edición. Son días felices para los georgianos, que celebraron por todo lo alto la victoria a Portugal. Fue de menos a más en el torneo la selección que dirige el mítico Sagnol. Perdió contra Turquía en la primera jornada, en un resultado (1-3) abultado por una última jugada en la que Georgia asumió el riesgo de subir con todo el equipo al un saque de esquina que acabó en catástrofe. Pero se recompuso ante la República Checa, contra la que logró un empate que le permitió llegar viva a la última jornada. Todo el país estuvo pendiente de la selección, que jugó con la ligera ventaja de enfrentarse a un equipo clasificado y con muchas rotaciones. Pero el reto era igualmente de dimensiones gigantes. Con un gol de 'Kvara' y otro de Mikautadze se obró el milagro, y Georgia hizo historia.
El 26 de junio de 2024 fue un día histórico para el país, que encumbró a los jugadores como héroes. Aunque entre ellos, hay un bloque bien definido de líderes. Mamardashvili y el bloque bajo. Mejor portero de la fase de grupos junto al italiano Gianluigi Donnarumma, Giorgi Mamardashvili, meta del Valencia, es una de las claves del éxito de este equipo. Insuperable en el juego aéreo y determinante ante República Checa, permitió a los suyos seguir soñando. Y es que el combinado checo fue mejor en el encuentro, pero no pudo con el portero de Georgia que, excepto en el gol de Patrick Schick, lo paró todo: completó hasta ocho paradas e igualó los récords de intervenciones de la Eurocopa en un mismo partido con el Donnarumma (ante España en esta edición) y con el albanés Strakhosa (frente a Croacia). Ante Portugal volvió a ser protagonista con varias paradas en los minutos finales que acabaron por amarrar los 3 puntos. Una victoria también sustentada en el bloque bajo definido que plantea Sagnol.
Es un equipo muy difícil de superar entre líneas, bien cerrado y con la idea de trabajo clara. Sus opciones de contra y de equilibrio pasan también por Giorgi Kochorashvili, centrocampista del Levante que hasta el momento ha hecho una Eurocopa para enmarcar. «Kvaradona» y el pichichi Mikautadze, los peligros Ya en fase ofensiva, los reyes de Georgia son Kvaratkhelia, del Nápoles, y Mikautadze, del Metz, equipo recién descendido a la segunda división francesa. Por las botas de ellos pasa el peligro. Uno, «Kvara», ahora envuelto en rumores de posible marcha del Nápoles, aunque por el momento acallados por Antonio Conte, su nuevo entrenador en Nápoles, tiene más renombre por su impacto en Italia, pero es el otro el que está haciendo el torneo perfecto.
Es el máximo goleador de la fase de grupos con 3 goles, el que certificó la victoria ante Portugal con una asistencia a «Kvaradona» en el minuto 2 y el que asumió la responsabilidad del penalti para cerrar el duelo. Las opciones de victoria de Georgia pasan por las botas de ambos. Sin ellos, el peligro se reduce. Pero si están enchufados, como contra Portugal, son letales en la ocasión que tienen. Georgia es la «Cenicienta» del torneo. Está en octavos como tercera de grupo y no es ni de lejos la favorita ante España pero, como dijo Sagnol, tiene un gran peligro: no tiene nada que perder.
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