Paula Barceló, este martes a su llegada a Palma procedente de Australia, donde ganó el Mundial de 49erFX. | Pere Bota

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La vela mallorquina regresa a unos Juegos Olímpicos 20 años después de la mano de Paula Barceló. Dos décadas han pasado desde que Pepote Ballester participara en Sydney 2000 en Tornado (junto a Fernando León) y este miércoles, el Comité de Preparación Olímpica de la Real Federación Española de Vela ha acabado con esa larga sequía olímpica para la vela isleña.

La RFEV ha propuesto al Comité Olímpico Español (COE) al equipo campeón mundial de 49erFX en Geelong (Australia), formado por la mallorquina Paula Barceló y la gallega Támara Echegoyen, como ocupante de la plaza olímpica obtenida por España en esa clase. Un mero trámite, pues el organismo que preside Alejandro Blanco validará esa petición y, de esta manera, Paula Barceló podrá hacer realidad su sueño de ser olímpica en Tokio 2020.
Con 23 años, la que fuera campeona mundial de 470 juvenil, cumple el objetivo trazado para este ciclo y se convertirá en la primera mujer regatista olímpica balear. Un hito más a añadir al esperado retorno de la vela mallorquina al panorama olímpico, pues la balear lo hizo de la mano del formenterense Mateo Sanz, que compitió en Río 2016 en la clase RS:X masculina, aunque representando a Suiza.
Con el Trofeo Princesa Sofía como último gran test, la RFEV ha adelantado sus planes y ha elegido al tándem Barceló/Echegoyen como baza para pelear por las medallas el próximo verano en el campo de regatas de Enoshima. Allí estará, salvo imprevistos, la regatista del Club Nàutic Arenal, una entidad que podría tener más presencia en Tokio 2020 con la catalana Silvia Mas (470) y el formenterense Sergi Escandell (RS:X).
A su llegada a Mallorca tras proclamarse campeona del mundo, Paula Barceló confesó que Tokio 2020 "es más una motivación que una presión", y dejó claro que sería "increíble poder conseguir una medalla", aunque sabe que el camino "es largo" y el nivel en 49erFX "es altísimo". Ahora, tras unas breves vacaciones, Paula y Támara regresarán al trabajo en Santander para en unas semanas viajar a Mallorca para preparar en s'Arenal el Princesa Sofía.
Veinte años después de Ballester (oro en Atlanta 96), Paula Barceló recoge el testigo olímpico para la vela mallorquina tras dos décadas de larga sequía. Y con la ilusión de repetir las gestas de Pepote o Jordi Calafat.