Dani Vadillo, a la derecha, dando ánimos a Jaume Masiá. | Leopard Racing

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En un segundo plano, siempre a la sombra pero no muy lejos de sus pilotos, Dani Vadillo va haciendo carrera en el Mundial de motociclismo. El técnico jerezano, afincado desde hace muchos años en Mallorca y hermano del preparador del Mallorca Palma Futsal -Antonio-, vuelve a estar de enhorabuena. Y lo ha hecho en su estructura de siempre, el Leopard Racing, y en una categoría que conoce a la perfección.

Porque después de llevar a Joan Mir hasta la cima en Moto3 en 2017 y repetir dos años después, con la misma moto y equipo, con el italiano Lorenzo Dalla Porta (2019), y quedándose a las puertas con el también transalpino Dennis Foggia en más de una oportunidad, el pequeño de los Vadillo ha vuelto a ser clave para dar forma al que ya es su tercer título mundial como 'coach' y parte del engranaje del Leopard.

Lo ha hecho en el Gran Premio de Catar, a falta de una carrera -el próximo domingo en Cheste- y dando otra corona en Moto3 al motociclismo español. Tras Mir y Dalla Porta, esta vez ha sido el valenciano Jaume Masiá quien de la mano de Dani Vadillo ha tocado el cielo contra viento y marea, agrandando el palmarés del Leopard Racing, que se confirma como uno de los equipos más potentes del paddock de la cilindrada.

Vadillo, que tiene su escuela de motociclismo en Mallorca, puede presumir de ser uno de los formadores de referencia. Y de un palmarés que, tras la estela de algunos de los últimos campeones del mundo de la cilindrada pequeña, le permite tener motivos para ver cómo tantos años de trabajo y sacrificio reciben una recompensa mundial.