Imagen de la exposición de coches en el Port de Sóller. | Pere Bota

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Es la prueba reina del automovilismo balear por excelencia y convierte el Puig Major en el centro neurálgico de los amantes del motor en la Isla. En la tarde de ayer se prendió la mecha al evento que centrará hoy toda la atención con la 61 Pujada al Puig Major. Más de 100 pilotos participarán en un evento que tambien atrae a numerosos pilotos foráneos. En esta ocasión serán 15 los pilotos de fuera de las Illes Balears, procedentes de Suiza, Alemania y el resto de España, que dotarán de nivel y competitividad esta mítica prueba del motor balear.

Además, los pilotos locales, son los principales favoritos y agitadores de un evento que es un orgullo para todos los organizadores. La fiesta arrancó ayer con el espectáculo a cargo de los dimonis del municipio, una exposición de coches históricos, verificaciones técnicas de los participantes y una batucada que dio color y sonido a la noche previa de la gran cita.

La edición número 61 de la Pujada al Puig Major volverá a reunir a miles de aficionados y a una inscripción de lujo en una prueba que concentrará toda su agenda sobre el asfalto en una jornada maratoniana y que llevará consigo el corte de la vía por la que transcurre la cita. Así, la carretera Ma-10 (Pollença-Andratx) estará cortada el tráfico durante el grueso de la jornada del sábado. Lo estará por espacio de doce horas, según fija el reglamento de la competición, entre las siete de la mañana y las siete de la tarde, para poder desarrollarse las mangas de entrenamientos (a partir de las 8:30) y las dos de carrera oficiales (la primera está programada a las 14:30 horas y a continuación de disputaría la segunda), que en caso de accidente o retrasos verían alterado su ‘timing’ para poder cumplir con los plazos fijados por las autoridades.