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La marcha de Santiago Fisas como máximo responsable del Consejo Superior de Deportes es el último escollo que le ha surgido a la Fundación Juegos Mundiales Universitarios. A falta de menos de seis meses para la ceremonia inaugural, la Universiada afronta la recta final con varios frentes abiertos: el prespupesto de 1999 está aún pendiente de aprobación, el convenio entre Govern, Ajuntament y Estado para añadir otros 2.700 millones de pesetas no se ha cerrado aún y la aportación del Gobierno central sigue siendo una incógnita.

Según afirmaron a este periódico fuentes de la Fundación, la ausencia de Santiago Fisas supone un problema añadido. El que fuera hasta la pasada semana máximo responsable del deporte nacional se había involucrado en el evento mallorquín lo suficiente como para empeñar su palabra por una exitosa celebración. «Fisas había entendido la Universiada como un asunto nacional, no local; eso es lo que le diferenció de otros dirigentes anteriores», señaló ayer un destacado representante de la Fundación.