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Correr para olvidar. La temporada del borrón y cuenta nueva comienza el próximo domingo en Mallorca, con cinco días donde quizá no esté presente el mejor ciclismo, pero sí los mejores ciclistas. Con los ecos del tour de la vergüenza resonando todavía en muchas cabezas, la Isla se dispone a albergar las primeras pedaladas de un pelotón que reivindica su buen nombre. Será un año con sustancia. Hasta Samaranch arrinconó por unas horas los escándalos del COI para presidir ayer la Conferencia Mundial sobre Dopaje. Sin embargo no será ese el asunto que se debatirá en la VIII Challenge Internacional Vuelta a Mallorca donde diecisiete equipos velan armas para afrontar la temporada más competitiva. De las muchas noticias que trae el renovado pelotón a Mallorca, ninguna tan relevante como la presencia de Abraham Olano enfundado en el maillot de la Once. La escuadra de Manolo Saiz ha apostado doble o nada en su intercambio de cromos con Banesto, que ahora cuenta en sus filas con Alex Zulle, ex del equipo amarillo y del Festina. La pertenencia a este último "epicentro del escándalo en el pasado Tour" impedirá al suizo, sancionado hasta mayo, tomar parte en la ronda mallorquina. Quien sí lo hará es José María Jiménez.

Si hay alguien decidido a recuperar el trono de París ese es el Telekom de Godefroot. El alemán Jan Ulrich retomará en las carreteras de Mallorca la senda hacia su segundo Tour después de la frustrante experiencia a que le sometió el año pasado Marco Pantani. Corra o no Ulrich, la presencia de la escuadra teutona es todo un aval si a Erik Zabell le da por esprintar.

Pantani no viene pero su compatriota Cipollini, sí. El «Bello» ha pasado a ser en el gran velocista del Saeco tras la marcha de Iván Goti al Team Polti.