09/04/99 0:00
Alicaído pero despojado de presión alguna, Bàsquet Inca cerrará esta noche su triste tránsito por la fase regular. Será en Orense y ante el equipo en el que juega Guillem Coll, aquel base al que un espabilado entrenador decidió agotar su ciclo después de tres temporadas y un humillante y mentiroso verano. Pero Coll se reencontrará ahora con su antiguo equipo desde una posición que no se presta a la nostalgia. El Inca lleva varias jornadas abocado a la más absoluta mediocridad y su futuro se escribe en el sótano de la LEB.
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