El tenista mallorquín Carles Moyà, segundo cabeza de serie del
torneo Conde de Godó, dejó entrever ayer que hoy podría abandonar
la competición sin llegar a disputar los octavos de final, ya que
ayer estuvo a punto de no salir a la pista por culpa de su lesión
en el dedo pulgar de la mano derecha.
Moyà ganó a Germán Puentes por 6-3, 4-6 y 6-3 y se ha
clasificado para los octavos de final del Conde de Godó, en los que
se medirá al júnior Juan Carlos Ferrero. Moyà ha reconocido que los
servicios médicos le aconsejaron que no jugase el partido de ayer
tarde, pero ha asegurado que le hacía mucha ilusión estar en el
Godó y volver a optar por el número uno de la ATP, después de la
retirada del estadounidense Pete Sampras. «Haber jugado en esas
condiciones es una tontería, porque se sufre mucho. Si hubiese sido
otro torneo, seguro que lo hubiese dejado. Será difícil que esté al
cien por cien en Montecarlo», ha dicho el tenista mallorquín, quien
ha descartado infiltrarse. «Ya lo hice en la India y me hizo mucho
daño. Nunca más me infiltraré», dijo. Carles Moyà ha reconocido que
se siente muy motivado y se ha preguntado: «¿qué más me puede
motivar que alcanzar el número uno mundial?», en alusión a la falta
de entereza que ayer desveló su amigo y colega de profesión Àlex
Corretja. «Yo también he pasado por momentos difíciles, pero los he
superado trabajando más», ha recordado el jugador. Moyà sufrió
mucho ayer y hoy meditará si sigue o se retira.
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