Lamela se presenta como un firme aspirante a subir al podio en la
final de longitud, a pesar de que en la calificación se complicará
la vida y logrará su pase tras saltar 8.15 en su último intento. En
condiciones normales esa marca no debería haber sido un problema
para el avilesano, que esta temporada cuenta con la segunda mejor
marca mundial del año con 8.56, pero Lamela pagó, a sus 22 años, un
poco la presión de contar con el cartel de favorito en casa.
Enfrente Lamela tendrá al cubano Iván Pedroso, que tras haber
sido muy superior en todos sus enfrentamientos parte como el hombre
llamado a revalidar el título logrado hace dos años en Atenas. Así,
el español deberá luchar por la plata y el bronce y esperar a que
el fallo del atleta caribeño le permita soñar con alcanzar algo
más.
Más esperanzas, si es posible, hay puestas en el maratón. España
parte con un equipo de lujo, el más potente del mundo, con Abel
Antón y Martín Fiz, campeón y subcampeón en Atenas, a la
cabeza.
Repetir el doblete de hace dos años es complicado, pero tanto el
soriano como el vitoriano han preparado a conciencia la que será su
última cita mundialista. Además por si alguno de ellos dos fallara
estará siempre preparado el madrileño Fabián Roncero, actual
plusmarquista nacional, que llega Sevilla con el único objetivo de
ser campeón. y el felanitxer Toni Peña, dispuesto a meterse entre
los ocho primeros.
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