Quizás llegue demasiado pronto, y no sentencie la carrera como
parece en un principio, pero sí servirá para hacer una primera gran
selección en espera de la semana siguiente, pues si el Angliru
parece terrorífico no lo son menos los tres finales en alto de los
Pirineos: Plá de Beret, Arcalís (Principado de Andorra) y Rasso de
Peguera.
Tres llegadas seguidas en alto que deben de elegir a los
candidatos para el podio final a falta de la última semana que
también presenta muchos puntos calientes como son las tradicionales
etapas por la sierra de Gredos y madrileña con el último final en
alto, en el puerto de Abantos, a tan sólo tres días para el
final.
Un tramo final que se presta también a las sorpresas, pues a esa
montaña hay que añadir los 46'5 kilómetros de contrarreloj
individual del penúltimo día entre El Tiemblo y Avila con el puerto
de la Paramera por medio, por lo que no es de extrañar que se
produzca algún desfallecimiento importante.
Una Vuelta descaradamente montañosa, pues tendrá nada más y nada
menos que cinco finales en alto, por los tan sólo 99 kilómetros de
contrarreloj individual divididos en un prólogo de media docena de
kilómetros y dos etapas de idéntica distancia, de 46'5
kilómetros.
Entre montaña y cronometradas varias etapas llanas, aunque menos
que en otras ediciones, circunstancia esta que no parece haber
importado a los esprinters, pues son muchos y de categoría los que
estarán en la Vuelta´99. Esa legión de esprinters la comanda el
italiano Mario Cipollini, que puede convertirse en el primer
corredor de las últimas décadas en ganar una etapa el mismo año en
las tres grandes (Giro, Tour y Vuelta).
Los principales rivales de Cipollini volverán los holandeses
Blijlevens y Van Petegem, el alemán Marcel Wust, el suizo Markus
Zberg, los italianos Stefano Zanini y Fabrizio Guidi, los belgas
Thcmil y Planckaert y los españoles Edo y Perdiguero.
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