El consejero delegado Mateo Alemany agradeció ayer a Joan Roig los doce años de dedicación al club. Foto: JAUME SERRA.

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Antonio Asensio vertió el lunes la última crítica contra la labor de Joan Roig. La interminable recuperación de Jovan Stankovic y, sobre todo, el tratamiento inicial que recibió "el serbio entrenó al día siguiente de que Frank de Boer le machacara el tobillo" colmaron ayer un vaso que se ha ido llenando a medida que los servicios médicos del club han suscitado quejas. Para cuando Asensio se decidió a hablar, muchos jugadores ya lo habían hecho antes. A comienzos de temporada, Germán Burgos afirmó que la plantilla se encontraba totalmente desasistida en cuestiones médicas. «Estamos muy solos», dijo lacónicamente el guardameta. Meses después fue Leonardo Biagini quien tomó la palabra, en este caso para desautorizar a Roig: «Puede decir lo que quiera, pero yo voy a jugar», dijo el delantero minutos después de que el médico le recomendara en público unos días de reposo. La progresiva pérdida de confianza en Roig y su posterior destitución fueron dulcificadas ayer por el consejero delegado de la entidad, Mateo Alemany, cuando anunció una «reestructuración» de los servicios médicos del club. Tras pronunciar las pertinentes palabras de agradecimiento a la dedicación de Roig "vinculado al Mallorca desde 1988", Alemany pasó de puntillas sobre las verdaderas razones que le costaron el puesto al jefe médico: «Las exigencias del fútbol profesional han cambiado mucho, no son las mismas que hace doce años. El club necesita un profesional con dedicación exclusiva y Roig está desbordado», indicó. Mientras el Mallorca sondea en el mercado el candidato que responda al perfil pretendido, será el médico del filial, Tomeu Munar, quien pase a ocuparse de la primera plantilla. A la observación de que Munar tampoco puede ofrecer dedicación exclusiva, Alemany contestó: «Es un profesional perfectamente capacitado».