Leo Franco durante el partido disputado ayer en Los Pajaritos donde el Mallorca cayó derrotado.

TW
0

Franco o Burgos, relevo en los servicios médicos, lesiones una tras otra, Biagini en Argentina, el Madrid a por Tristán y ayer fútbol, eso sí, poco o muy poco. Pero ayer había fútbol, el Mallorca jugaba y lo hacía en Soria pero, más que jugar, el equipo bermellón cantó en los pajaritos y cayó en un campo donde hasta la fecha nadie ha ganado. Los de Vázquez salieron cohibidos, fríos y sin ideas. Sólo así se entiende que en el minuto cinco el grupo balear perdiese ya por dos goles a cero.

El tándem formado por Iñaki y Pacheta fue letal de necesidad y en cuatro minutos y medio habían ya obligado a Franco a sacar hasta en dos ocasiones la pelota de su portería. Peor no se podía empezar. Con el paso de los minutos los rojillos empezaron a darse cuenta de que el partido había ya empezado y que era hora de darse un rondo por el área de Núñez. El equipo empezó a medio controlar la situación aunque en la zona de creación había numerosas lagunas. Engonga tenía problemas para organizar el juego en el patatal en el que se encontraba, Romerito pasó inadvertido "fue sustituido por Carreras" y de las dos bandas sólo la derecha con Àlvaro Novo intentaba llegar con cierto criterio.

El Mallorca se conjuraba alrededor de Tristán y no le fue nada mal. A los doce minutos Àlvaro Novo envió la pelota al primer palo y Diego metió la pierna entre tres defensas y acortó diferencias en el marcador. El gol mallorquinista coincidió con los mejores minutos visitantes pero de poco o nada sirvió. Primero porque, pese a controlar la pelota, no se llegaba con claridad y segundo porque el Numancia volvió otra vez a batir la meta de Franco.

Un penalti de Gustavo Siviero sobre Castaño terminó con el central en la caseta y con el tercer gol en contra de los mallorquinistas. Con el tres a uno sólo un milagro podía evitar la adebacle pero este Mallorca es ateo. Para más inri los de Vázquez luchaban contra los elementos. La mayoría de jugadores llevaban tacos de goma y los patinazos se convertían en los grandes aliados del equipo de Goikoetxea. Además en el mediocampo el Mallorca continúa sin un líder claro y toda conexión entre la defensa y la delantera era pura coincidencia.