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La Federación Española de Baloncesto (FEB) ha recordado a los dieciséis clubes que integran la Liga LEB que su peso específico sigue siendo mínimo y que sus reuniones con los máximos dirigentes de la FEB no pasan de ser un simple monólogo federativo. Volvió a quedar claro en Lleida, escenario del All Star de la competición y también del último cónclave entre representantes de los clubes y FEB.

Contrarios a la aparición de una LEB-2 "así lo manifestaron de forma unánime los clubes LEB en la reunión de Granada", la Federación anunció el domingo en Lleida que perfila la creación de una categoría intermedia entre la LEB y la Liga EBA que casi con toda seguridad pasará a denominarse Primera División nacional. Pese a la rotunda negativa de los representantes LEB, la Española ha dejado claro que la irrupción de su nuevo engendro será inminente: temporada 2000/01 y además pueden producirse ascensos y descensos.

Los clubes también vieron como otra de sus intenciones "limitar a dieciocho equipos la ampliación del actual grupo LEB" se desvanecía ante la intención de la FEB de dar entrada a cuatro nuevos conjuntos y formar una Liga LEB con veinte equipos, aunque la opción de 22 "supondría la presencia de seis nuevas escuadras" tampoco ha quedado descartada. El próximo curso los clubes no tendrán la obligación de hacer efectivo un depósito de 75 millones de pesetas, pero si hacer frente a un canón de inscripción anual de 6 millones y también a un aval de 50. Este fue otro punto de divergencia entre clubes y FEB, básicamente porque en Granada se había hablado de 5 millones de pesetas. Pocas semanas después, la Española ha echado números y ha anunciado que para jugar en la Liga LEB habrá que abonar seis millones.