David Castedo, junto a su mujer, en la clínica Juaneda, dinde fue ingresado el pasado miércoles. Foto: JAUME MOREY.

TW
0

David Castedo no olvidará nunca la noche del pasado miércoles. «Hay tres fechas inolvidables en mi vida. El día que me casé, el día que nació mi hijo y el pasado miércoles, el día que volví a nacer», manifestó ayer el lateral izquierdo.

El jugador del Mallorca relató ayer la experiencia de ver como una grúa de gran tonelaje caía sobre su vehículo cuando él estaba dentro. El accidente se produjo a las 22:40 minutos de la noche del miércoles. «Mi coche estaba aparcado en la calle "comentaba David" y el fuerte viento disparaba la alarma por lo que decidí meterlo en el garaje y sacar el de mi mujer ya que no hay espacio para dos vehículos. Cuando había aparcado el Golf en la calle en lugar del mío ocurrió todo. La grúa cayó sobre el capó del coche, me di un golpe con la cabeza en el techo del automóvil y los pies quedaron aprisionados en el salpicadero», relató el futbolista.

Al final pese a lo aparatoso de la situación, David sólo sufre ligeras molestias en las cervicales y un esguince de tobillo que le mantendrá alejado dos semanas de los terrenos de juego. El defensa salvó la vida por unos centímetros ya que la grúa, de caer un poco más a la altura de la luna delantera, las consecuencias habrían sido mucho peores. «Aparqué detrás de un contenedor de basura y retrocedí un metro para que los empleados de la limpieza no tuvieran problema a la hora de sacar y meter el contenedor. Menos mal que lo hice porque sino la grúa cae sobre el techo del coche y me hubiese pillado de lleno», comentó el futbolista.

David no perdió en ningún momento el conocimiento y esperó paciente casi dos horas a que los bomberos pudieran retirar todos los amasijos de hierro que habían quedado situados sobre las piernas del jugador. «Nada más caer tanto peso sobre mis piernas comprobé si podía moverlas y logré hacer movimientos con los dedos de los pies, esto me dejó tranquilo ya que comprobé que lo más problemático era que estaba atrapado pero no sufría nada grave», comentó. «Los bomberos cuando comprobaron que estaba bien empezaron poco a poco a quitar la grúa y todo lo que me atrapaba. Lo hicieron con paciencia ya que había peligro a que se desmoronara todo sobre mí, por este motivo estuve algo más de una hora atrapado pero los bomberos se portaron muy bien y trabajaron con mucha profesionalidad», señaló David.