Los clubes LEB se han resignado. La Federación Española de
Baloncesto (FEB) ha obviado todas sus reivindicaciones y ha dejado
claro que en su manual no hay cabida ni para el debate ni para las
propuestas. Su discurso es claro: ordeno y mando. De hecho, la
enésima reunión que mantendrán mañana jueves en Madrid la comisión
delegada de la LEB "integrada por los presidentes de Alicante,
Melilla y Menorca Bàsquet" y los altos cargos de la FEB se antoja
como un mero trámite. Todo está decidido y la crispación de los
clubes se ha incrementado algo más.
Veinticuatro horas antes del encuentro con Segura de Luna,
presidente de la FEB, los responsables de los clubes tienen
previsto reunirse de nuevo y redactar un documento en el que
solicitarán, entre otras cosas, una rebaja del canón de inscripción
anual LEB, fijado en 6 millones de pesetas. No obstante y pese a la
política desarrolada por la Federación, es poco probable que los
clubes adopten alguna postura de fuerza. «Debo reconocer que se han
vuelto a reír de nosotros», subrayó con resignación José Luis
Sintes, presidente del Menorca Bàsquet. Sebastià Penya, máximo
mandatario del Inca, ratificó sus palabras. «No solo han obviado
todas nuestras peticiones, sino que encima han decidido subir las
tarifas de licencias y también las arbitrales. Es increible,
podemos tragar pero no vamos a quedarnos callados. En su día se
dijo que debatiríamos la nomenclatura de la categoría intermedia
entre la LEB y la EBA; nos negamos a que se denomine LEB 2, pero
desde hace varios días ya sabemos que la Federación ya la ha
bautizado».
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