En la víspera del día de descanso, el pelotón ahorró fuerzas
para la siguiente gran batalla, la que se desencadenará el próximo
jueves en los Alpes con la subida final en el Mont Ventoux. El
holandés Erik Dekker (Rabobank) y el colombiano Santiago Botero
(Kelme) supieron sacar jugó a una jornada en principio
descafeinada, se aprovecharon del cansancio del grupo y se fugaron
en el kilómetro quince, apenas comenzada la carrera. El pelotón no
pudo en principio hacer nada por abortar la fuga de los dos
corredores y después la consintió.
El líder, Lance Armstrong, y los candidatos a los puestos de
podio no quisieron arriesgar más de la cuenta y decidieron dedicar
el día al «descanso». En esas circunstancias, los dos escapados
fueron abriendo hueco hasta llegar a casi quince minutos de ventaja
en el kilómetro 158 de carrera. Dekker y Botero fueron conscientes
de que el pelotón no iba a trabajar mucho por tirar abajo su fuga y
sincronizaron sus movimientos para llegar juntos a Revel, para allí
pelear por la victoria. Botero, el único colombiano del pelotón del
Tour de Francia tras la retirada en la víspera de Carlos Alberto
Contreras, volvió a destacar el papel de Kelme en la carrera
francesa.
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