Florentino Pérez vivió posiblemente su noche más larga, una de las
más emocionantes de su vida, mientras un ejército de 160 personas
escrutaban, paso a paso, con exactitud milimétrica, los votos que
le iban a dar a primeras horas de la mañana la condición de nuevo
presidente del Real Madrid, el gran sueño de su vida. Florentino
Pérez poco pudo dormir anoche. A las dos de la mañana decidió irse
a su domicilio a descansar. «No tiene sentido esperar tantas horas.
Cuando haya un resultado final, vuelvo», dijo Pérez.
Y así fue. Florentino recibió el apoyo de su gente. De su esposa
Mari Angeles Sandoval, de sus hijos, que le han ayudado en toda la
campaña, y el ánimo de personas relacionados con el madridismo como
Ramón Mendoza, Juan Miguel Villar Mir, o sus ex jugadores Amancio
Amaro, Goyo Benito o Manuel Velázquez. Todos ellos pasaron a dar un
abrazo a Florentino por su carpa electoral. Terminaba a las 10.30
horas del lunes una jornada electoral que comenzaba el domingo a
las nueve y media de la mañana. Hubo una alta participación en las
urnas, aunque a la hora de la verdad, decidió el voto por correo.
Florentino Pérez aprendió de las elecciones que perdió en el 95.
Diseñó una estrategia notable para captar este voto, incluso
mandando a los domicilios de los socios mensajeros para recoger el
sufragio.
Las elecciones a la presidencia del Real Madrid el día 16 y un
día después, el 17, se supo el sucesor de Lorenzo Sanz. Ramón
Mendoza, que dirigió el club de 1985 a 1995, se personó en el
pabellón de la Ciudad Deportiva para emitir su voto pasadas las
cinco de la tarde, unas cuantas horas después de que lo hiciera
Pedro Antonio Martín Marín, ex secretario de Estado para el
Deporte, que formó parte de la candidatura de Florentino Pérez en
las últimas elecciones de hace cinco años. Las puertas de la Ciudad
Deportiva se cerraron a las 21.30 horas, media hora más tarde de lo
previsto.
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