La lluvia que empezó a caer sobre el estadio Nacional justo
después de que Kliugin ejecutara su vuelo de 2'35 metros fue un
seguro de vida para el ruso y un obstáculo insuperable para el
cubano, «el peor del mundo -dice- con frío y lluvia», que hizo su
último intento con ojos entornados entre cortinas de agua.
Sotomayor empezó el concurso en 2'25 y continuó en 2'32. En
ambos casos superó el listón limpiamente al primer intento. Ya
había batido su mejor marca de la temporada (2'30) y de dos saltos
se había encaramado al primer puesto de la prueba en solitario.
La amenaza provino al principio de Abderramán Hammad. El
argelino había ganado este año el título africano con 2'34 y ayer,
con su medalla de bronce, terminó convirtiéndose en el primer
medallista olímpico africano en salto de altura.
Pero Rusia no había perdido la batalla con el triple fallo de
Voronin en 2'32. Sergey Kliugin, con un título mundial júnior y un
bronce europeo como únicos entorchados, salió al quite en el mejor
momento, instantes antes del aguacero, para ganar el oro ante la
desesperación de «Soto».
Cathy Freeman y Michael Johnson cumplieron el penúltimo trámite
antes de las finales de 400, que se disputarán mañana con el
estadio repleto. La aborigen australiana hizo el mejor tiempo de
las semifinales (50.01) y el estadounidense, muy relajado, la
segunda (44.65).
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